SALUD Y FITNESS

Anorexia y bulimia: mismos perros con distinto collar

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Existe un pequeño y misterioso lugar en nuestro cuerpo, de apenas kilo y medio de peso, capaz de convertirnos en un dechado de virtudes o en cúmulo de despropósitos

Existe un pequeño y misterioso lugar en nuestro cuerpo, de apenas kilo y medio de peso, capaz de convertirnos en un dechado de virtudes o en un cúmulo de despropósitos. Se llama cerebro. Poco sabemos sobre su extraordinario funcionamiento, pero todos los científicos coinciden, si este órgano sufre un transtorno,  puede convertirse en nuestro peor enemigo.

Los profesionales del Ejercicio Físico estamos acostumbrados a enfrentarnos a muchos de ellos durante nuestra vida. A veces, son de tan fácil localización como compleja solución. En esta ocasión escribiremos sobre la Anorexia y la Bulimia. 


Siempre gordos


La Anorexia Nerviosa es un transtorno psicogénico de la alimentación que se caracteriza por una percepción distorsionada de nuestra imagen. Es una enfermedad en la que el paciente siempre se verá gordo, aunque en realidad se encuentre muy por debajo de lo que consideramos un peso saludable.

La respuesta será una obsesiva bajada de peso, bien dejando de comer, bien practicando ejercicio físico extenuante, bien ingiriendo productos laxantes o provocando vómitos (Anorexia Purgativa). Los especialistas diferencian entre estas dos variedades como enfermedad y los síntomas anorèxicos que pueden aparecer en otras efermedades.


Más difícil todavía 


La Bulimia Nerviosa es un transtorno hermano de la Anorexia pero más difícil de detectar, ya que sus enfermos pueden tener una apariencia física normal. 

Les suele unir la misma insatisfacción personal, si bien los bulimicos no sólo son incapaces de dejar de comer, sino que lo hacen de forma compulsiva. Después sufren un sentimiento de culpa que les fuerza a una redención drástica: Eliminar lo ingerido por vómitos o productos laxantes (Purgativa) o por ayunos salvajes y ejercicio físico (No Purgativa).

Ninguna de ellas es una broma. Las consecuencias pueden ser dramáticas para quien la sufra y su familia. Precisarán de un equipo multidisciplinar para luchar contra el problema. ¿Qué podemos hacer los técnicos deportivos? Detectar y avisar. ¿Cómo lo hacemos? Lo trataremos en el siguiente episodio.

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