Opinión

Antimonárquicos de broma

La solemne declaración cuasi institucional antimonárquica de Bildu, el PdCat, Esquerra y el BNG en la pasada inauguración del Congreso no sé si se acuerdan, fue de broma. Ni siquiera son republicanos esos tipos, solo antimonárquicos, y ser antimonárquico es un estadio mental muy inferior al de ser republicano.
A mi que siempre he votado a partidos de izquierdas me hubiera gustado que en aquellas elecciones los partidos del "bloque de izquierdas" llamémoslo así, o sea Podemos, PSOE, etc., hubieran sacado más votos. Pero resultó que no. Sacaron los que sacaron y punto. Hay que aguantarse. Aquí votamos todos y todos los votos valen.
Esos cuatro partiditos antimonárquicos no se enteran de nada. O a lo peor sí se enteran pero nos quieren tomar el pelo a los demás ciudadanos, envolviéndose en absurdas e inventadas banderas, canciones y frases que a mi me recuerdan a la Falange y a una España (póngase aquí en lugar de España, Cataluña, Euskadi, Galicia o lo que sea) una, grande y libre. Pero la realidad es que todos sus votos juntos sumados son solo dos millones. Y en España hay treinta y cinco millones de votos. ¡Treinta y cinco!

No digo yo que en aquella inauguración del Congreso tuviéramos que estar allí treinta y cinco millones de españoles aplaudiendo a Felipe VI en plan mani de apoyo a Franco en la Plaza de Oriente en sus momentos de gloria. Claro que no. Yo sería el primero que no iría, ni a aplaudirle ni a nada. Pero lo de esos partiditos dándose tanta importancia y aires con solo dos millones de votos repartidos es de broma.

Una posición política antimonárquica es lícita, claro está. Pero una cosa es que sea lícita y otra que sea interesante. Como señaló una vez Iñaki Gabilondo en uno de sus comentarios en la Ser "ellos estarían igualmente en contra del presidente de una república española ya que persiguen la independencia de España; de republicanos no tienen nada".

Curiosamente hoy los países más avanzados del mundo en economía, sociedad y derechos civiles son monarquías parlamentarias: Inglaterra, Países Bajos, Suecia, Noruega, Dinamarca, Bégica, Luxemburgo, España, Japón... Ahí lo dejo.
Yo tengo un jarrón precioso, de colores, con un toque un poco cristal de Murano (no lo es) en la mesa baja de mi salón. Cuando llega alguien a casa siempre dice: ¡caray, qué bonito es ese jarrón! Entonces tengo que explicarle que no es valioso y que lo compré en Conran, en Londres.

Pero el jarrón cumple una función. Quizá el rey Felipe VI sea algo parecido, un jarrón. Pero es un jarrón muy útil. Yo no me desprendería de él. Decora y es la admiración de los visitantes. Confío en que la asistenta no lo rompa sin querer con el mango de la aspiradora. ¡Ay!

Atticus, mi chihuahua, piensa lo mismo que yo, creo. Por suerte él es pequeñito y no puede saltar a la mesa así que no va a romperlo.
Saludos.

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