FORO LA REGIÓN

Antonio Escohotado: "El comunismo nunca habría descubierto internet"

Antonio Escohotado
photo_camera Antonio Escohotado.

Antonio Escohotado. Solo lleva unas horas en la ciudad pero parece que todo el mundo lo sabe. Viene al Foro La Región de hoy, a las 20,15 horas en la sede de Afundación.

Antonio Escohotado. Solo lleva unas horas en la ciudad pero parece que todo el mundo lo sabe. Atípico es uno de los adjetivos que suelen ponerle. También irreverente. "Qué señor más raro", me suelta alguien que se lo ha cruzado. Me encuentro a un hombre sentado en el sofá de la habitación del hotel, pitillo en mano y peleándose con una tablet. Al Real Madrid le queda menos de media hora para empezar. "¿Sabe quién soy? ¿Soy un jugador de golf?", me saluda.

Creo que no me la cuela. He leído que eso se lo ha hecho a un periodista...

Pero entonces, ¿quién soy?

¿Me quiere hacer usted la entrevista?

No. Pero si me viene a hacer la entrevista algo sabrá de mí.

Algo sé. ¿Le gusta que lo definan?

No, pero dígame quién soy...

Filósofo, ensayista, profesor... y ahora sé que comenta partidos.

Es para un medio digital del Real Madrid. "La Galerna". Cuando acabe me tengo que poner a teclear la crónica.

Y no tiene móvil. ¿Por qué?

Trabajo 15 horas al día con el ordenador. Así llevo 50 años. El móvil no lo tengo porque me parece una ruptura de la intimidad. Igual que para mí internet es la vida, el móvil ya es otra cosa. Los usuarios de móvil miran más los "likes" que la Wikipedia o la enciclopedia británica. Su interés por el conocimiento no es tan marcado como el mío.

Porque no es una ruptura que haga usted con la tecnología...

En absoluto. Confío en internet como el mayor regalo que la humanidad ha recibido nunca. Creo que ni siquiera el descubrimiento del fuego o de la rueda iguala los bienes que nos van a derivar de internet.

¿Internet no nos ata?

Para nada. Eso son cosas agoreras de analfabetos. La llegada de Internet significa el fin de los tontos, de los mesías.

El foro lo titula “Revisión del Medievo".

Sí, porque he estado trabajando 20 años en la historia del comunismo y me he enterado de que era mucho más antiguo. Pensé que era del siglo XIX y es del I a.C.

¿Recuperaría algo del Medievo?

No. Conseguimos una prosperidad que solo es posible cuando todas las personas colaboran en el proceso económico. Cuando planificas una economía como está haciendo Maduro con 12 más, no puedes hacer las mismas funciones que si 50 millones de personas sin parar de la mañana a la noche están decidiendo comprar, vender... Es una masa cerebral, el comercio.

¿Por qué estudió el comunismo?

Porque no sabía por qué había sido yo tan comunista y en la época en la que era peligroso y no daba dinero. ¿Por qué demonios puse yo tanto alma y corazón en una causa tan decepcionante?

¿Qué papel tienen los líderes?

Todo, diría que el 99,8%. Pero para que haya un líder tiene que haber borregos que lo pidan. El pueblo es el culpable de que lleguen a surgir líderes, pero también es cierto que si te dan palizas desde el colegio contando las cosas que no son... Hay gente muy influenciable.

¿Fue muy influenciable?

No. Siempre fui el repelente, el niño Vicente. Me hice comunista por sentimiento de justicia social porque quería que nadie fuese pobre, pero me di cuenta que la única forma de sacar a la gente de la pobreza es instaurar las libertades civiles y asegurar que la iniciativa privada tenga su lugar.

¿Al capitalismo no le ve imperfecciones?

Claro, pero también a los mares y a la atmósfera. Vamos a llamar al capitalismo por su nombre: estado de cosas cuando no se interfieren las libertades cívicas.

¿Y qué imperfecciones?

Que nadie es perfecto. El espíritu toca a unas pocas personas: los que han descubierto las vacunas, el microscopio, el telescopio y por último y en primer lugar, Internet. El comunismo nunca habría descubierto Internet.

No puedo irme sin preguntarle por las drogas y su libro.

Ese libro ("Historia general de las drogas") me sacó de pobre. Es una pesadez porque me conocen en todas partes como "el de las drogas".

¿Y cómo lo lleva? ¿Le molesta?

No. Imagínate que prohibieran la dinamita o el ácido sulfúrico. No. Y la cocaína, el alcohol... Es como si tuvieran vida propia. La razón es que para los padres es más fácil pensar que la culpa es de la droga y no de su hijo. 

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