¿Cuánto tiempo llevas en Panamá?
Me fui con nueve años y después de 40 años he regresado para quedarme más tiempo. Aunque ya solía venir en vacaciones, casi siempre me tocaba en invierno para no coincidir con la época escolar de mis hijos, pero ahora me he dado cuenta que los veranos aquí son espectaculares.
¿Qué es lo que más echas de menos cuando estás allá?
A Carballiño, mi gente, mi familia, la comida, las fiestas, todo; allá lo extraño todo. Aquí tengo a los amigos de toda la vida, de cuando tenía nueve años.
¿En qué pasas el tiempo?
En fiestas, pasear, comprar, visitar a los amigos y estar con la familia.
¿Qué te ha dado Panamá?
Adoro Panamá, me ha dado mucho. Lo extraño a veces, sobre todo por el clima, pero no cambio mi Carballiño por nada del mundo.
¿Hay diferencia en el estilo de vida?
Sí, aquí es más tranquilo. Allá es más cosmopolita, todo va más rápido, nunca hay tiempo para nada, todo es más grande, hay mucho tráfico, todo más complicado.
¿La gente también es distinta?
Allá la gente es muy cariñosa y amable, siempre te brinda una mano para todo. Aquí me siento muy bien, siento que he vuelto otra vez a mis raíces.
¿Ha cambiado Carballiño?
Ha crecido mucho y está más bonito, tiene más parques y más edificios. Lo que me da tristeza es el invierno, me gustaría que hubiese más actividad.
¿Cómo ves aquí el nivel de vida?
Lo veo bien y aquí tienen más tranquilidad, más tiempo para estar con la familia. Allá no, todo es muy rápido, sales a las seis de la mañana y vuelves a casa a las ocho, ya de noche, no tienes tiempo para estar con los hijos.
