TESTIMONIO

"Aquí hay muchos niños y una población muy joven"

Jesús "Pingüino" González, José Antonio Cota, Natalia y Migauk Udili, y Alberto Simoes.
photo_camera Jesús "Pingüino" González, José Antonio Cota, Natalia y Migauk Udili, y Alberto Simoes.

Jesús "Pingüino" Gonzalez, un proyecto de integración basado en el poder de la música

La comarca de Celanova es un hervidero de población venezolana inquieta que, además de trabajar, quiere dinamizar la vida cultural. Con este objetivo, la Asociación Cantaclaro está iniciando un proyecto de integración cuyo objetivo es reunir a varios músicos de la emigración para crear una banda de música. 

. Para lanzar este proyecto han contado con una incorporación de lujo: el maestro Jesús "Pingüino" González, uno de los artistas venezolanos de más renombre. Llegó este pasado lunes a Celanova, donde vivirá a partir de ahora. Una nueva incorporación a la comunidad venezolana, que llega con la intención de mostrar toda su calidad musical.

El "Pingüino" acabó en Celanova porque conoció precisamente a Daysi, que dirige Cantaclaro, en una de sus masterclass que dio para "cultores de toda Latinoamérica que viven en España". Él lleva muchos años viviendo en España, primero en las islas Canarias y desde 1998 en la Península. Ahora, gracias a una excelente amistad, acaba de recalar en la villa de San Rosendo.  "Me encanta la labor de docente y apostar como músico en todo impulsar. Venezuela necesita esto y Galicia también necesita algo así. No vengo a llevar pan a casa del panadero,  tengo una misión muy importante con mis paisanos,   iniciar un proyecto con ilusión, empezando de cero. ". 

El "Pingüino" trabaja habitualmente a dúo con el Pacho Flores, uno de los mejores trompetistas del mundo,  y ha colaborado con artistas como Serrat, Pedro Guerra, Rocío Jurado, Paulina Rubio o Bertín Osborne. 

Este arreglista, compositor y productor ha dictado talleres y masterclass en toda Europa y ha colaborado con la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Venezuela.

Ahora quiere reunir varios músicos en un proyecto que va "viento en popa. El objetivo, subraya, es "integrarnos en Galicia". Y qué mejor manera que a través de la música. "Queremos hacer intercambios, aprender de Galicia y devolverle con nuestra cultura.  Ahora estoy adaptando temas gallegos a la guitarra de siete cuerdas que yo toco. Con mi propia visión, pero sin dejar de ser gallego. Queremos fusionar, pero no será una locura, sonará a gallego pero con otro lenguaje armónico". 

El 28 de marzo ya tiene previsto el primer concierto galaico-venezolano, a las 20,00 horas, en Queixumes dos Pinos.

Alberto Simoes, dueño de dos tiendas de chucherías: "Aquí hay muchos niños y una población muy joven"

Alberto Simoes es hijo de un portugués y una carballinesa que nació y creció en Venezuela. Hace casi una década decidió trasladarse con su familia a la Vila do Arenterio. "Tenía aquí parientes y la situación ya comenzaba a no ser buena en mi país, por eso nos trasladamos", explica. El hecho de contar con un respaldo en España fue el que los convenció de iniciar esta "aventura". Ya en Carballiño se lanzó con un negocio, el de las chucherías: "Mis padres siempre tuvieron negocios allá, ya fuese una panadería o algo, por lo que siempre estuvimos interesados todos por este mundo", recuerda.

Esta apuesta por la que arriesgó le permite regentar actualmente dos establecimientos, Súper Candy y Plaza Candy, para endulzar la vida de los jóvenes carballineses. "Nunca tuve relación antes con el mundo de las chuches, pero este es un lugar relativamente pequeño pero con mucho niño y población joven", comenta Simoes. Pese a que tiene la posibilidad de mantener los dos comercios, reconoce la mala situación por la que pasa el comercio local: "Hay que luchar hasta que se pueda", afirma. De Carballiño recalca la capacidad viviendo en la villa a la "gente joven". 

Natalia y Mihail Udili, dueños de la cafetería Vlad Dracul: "Vivíamos en Avión y nos cambiamos por el colegio"

Vlad Dracul es el punto de encuentro de los rumanos que habitan en O Carballiño y su nombre rinde homenaje a uno de los gobernadores de Valaquia, que hoy ocupa el sur de Rumanía. "Abrimos el negocio a mediados de junio del año pasado", cuenta Natalia Uduli, que regenta esta cafetería con su marido, Mihail. Su razón para establecerse en O Carballiño, los estudios de su hijo. "Compramos una casa en Abelenda, en Avión, pero la vendimos y nos trasladamos por el colegio de nuestro hijo", explica. La dificultad de mantener en la parroquia su hogar se complicaba al tener que recorrer 70 kilómetros diarios. "En este negocio no sabes a qué hora cierras, además del cansancio de trabajar todo el día, por eso decidimos dejar la casa y alquilar un piso", afirma.

Su llegada se remonta al año 2008, cuando se domiciliaron en Cenlle unos años, antes de cambiar por Abelenda y ahora O Carballiño. "Aquí hemos creado el rincón de Rumanía con la pared de los vlads y también con algunas postales de nuestro país", así describe Natalia su negocio. En él no faltan productos rumanos para combatir la nostalgia.

José Antonio Cota, abrirá una tienda mexicana: "Siempre supe que volvería  a la tierra en la que nací"

La meta de José Antonio Cota era regresar a su tierra cuando cumpliese 50 años, y lo logró. "Toda mi familia es gallega y supe que volvería a mi tierra cuando tuviese esa edad, lo tenía clarísimo", explica este carballinés que se crió en Guadalajara, México. Su objetivo, ahora establecido en una panadería y frutería de la villa, es convertirse en un punto de distribución de productos mexicanos. "Carballiño está como en el centro de Galicia, tenemos todo muy cerca para vender artículos de mi otro país", explica.

A mediados de 2019 se consumó su regreso a tierras gallegas, para ocupar la vivienda familiar en O Carballiño, localidad natal de su padre. Cota resalta que se la ha "acomodado" todo para cumplir sus metas. A partir del próximo mes, tortillas, chiles y muchos otros productos mexicanos llenarán las estanterías de su negocio a un precio "económico", para llegar a todos. Sobre los mexicanos que cada año ocupan Avión tiene un mensaje: "No van a echar de menos el país", bromea. Pese a ello, reconoce que muchos ourensanos emigraron al país azteca y retornaron: "Aquí podrán recordar los tiempos que allí vivieron", comenta.

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