reportaje

El arte se esconde tras los portales

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photo_camera Este portal de la casa del señor Fermín en la Praza Maior, obra de Vázquez Gulías, merecía estar a la vista del público.
Hasta Ourense llegó la moda, a finales del XIX y principios del XX, de cubrir y decorar los portales con azulejos

Son bonitos, limpios, duraderos, decorativos y hubo varias etapas de la historia en que estuvieron de moda, desde las construcciones romanas a los edificios modernistas. Sin llegar al furor y al exceso de Portugal, en España hubo buenos fabricantes de azulejos (en Levante y el interior del país). 

Hasta Ourense llegó la moda, a finales del XIX y principios del XX, de cubrir y decorar los portales con azulejos, algunos de los cuales aún se conservan pero con serio peligro de desaparecer, ya que no tienen ningún tipo de protección. Los hay solo en las paredes y los hay cubriendo paredes y suelo, no siempre con el mismo dibujo. Abundan, más bien abundaban, en la avenida de Buenos Aires, en Progreso, García Mosquera, Cardenal Quiroga y dispersos por alguna que otra calle. 

Los más bonitos se encuentran aún en una casa modernista de la calle del Progreso, en el hermoso edificio de Gulías en la Praza Maior, en un sencillo edificio de la calle de Las Tiendas y en la avenida de Buenos Aires. Varios fueron destruidos al mismo tiempo que los edificios y otros sencillamente para “modernizar” el portal. Sería una pena que no se cuidaran los pocos que quedan, incluso los más corrientes. 

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