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Asador Viloira: espacio acogedor mientras fuera caen rayos y centellas

Terraza del Asador Viloira.
photo_camera Fachada del Asador Viloira.
se trata de una cocina tradicional, casera, en la que predominan las carnes, con una elaboración bien trabajada en la cocina y una materia prima de primera calidad

Como todos los años, fui a la Feira do Viño de Valdeorras que, desde hace unas cuantas ediciones se celebra en la plaza de Otero Pedrayo, en Viloira,  en la “rive gauche” (la orilla izquierda), que dirían los parisinos, pero no a orillas del Sena, sino del Sil, en O Barco. El tiempo fue considerado el sábado pasado y lució el sol hasta bien avanzado el mediodía y la tormenta, con granizo incluido, no me sorprendió. Estaba comiendo en el Asador Pensión Viloira, que se encuentra en la misma plaza donde se celebró la feria. Un restaurante acogedor, bien atendido, limpio y con una carta bien surtida que se complementa con un menú del día. Ese día estaba el comedor lleno: los músicos de la charanga que amenizaron la jornada, en otra mesa, los presidentes de las DO Valdeorras y Ribeira Sacra... pese a ello, la cocina y el servicio estuvo a la altura.

Como antes de entrar hacía calor, pedí de primero una ensaladilla. No es un plato complicado, solo hay que disponer de buenos ingredientes y aquí se daba el caso. De segundo, tomé lagarto. No se asuste el lector: no es un restaurante de comida exótica. El lagarto se llama a las tiras de carne que hay entre costillas del cerdo, en este caso ibérico. Tiene su gracia y merece la pena probarlo, porque su grasilla entreverada le aporta un sabor y una textura muy agradables.

En general, se trata de una cocina tradicional, casera, en la que predominan las carnes, con una elaboración bien trabajada en la cocina y una materia prima de primera calidad. Y ese día, además de disfrutar de una buena comida, en buena compañía, tuve una sensación especialmente acogedora porque afuera caían rayos y centellas, y dentro se estaba muy confortablemente. 

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