Opinión

Así no se ganan elecciones

El PP no ganará elecciones nunca si no cambia su manera de hacer oposición. Por mucho que  los españoles cuenten con el peor gobierno de su historia, por mucho que Sánchez haya dado razones sobradas para ser calificado como un presidente  mentiroso y que ha engañado a sus votantes diciendo que jamás pactaría con Podemos y mucho menos buscaría apoyos en el independentismo. Por mucho que cambie de criterio a conveniencia, que por mantenerse en Moncloa esté dispuesto a romper la caja de la Seguridad Social, se niegue a pagar el iva que debe a las comunidades autonómicas y un larguísimo etcétera que solo produce desolación entre quienes  merecen un gobierno que tenga palabra y que piense en lo que es mejor para los españoles, el PP no ganará elecciones si no cambia de rumbo. Si no lo cambia ya,  de inmediato, porque la estrategia que siguen actualmente Casado y García Egea va a provocar que un catastrófico  resultado del PP  en  las elecciones gallegas y vascas.   Ya no importa si el acuerdo con Ciudadanos  suma o resta: lo que restará apoyos al PP es la actual deriva del partido.

La primera sesión de control al gobierno era perfecta para destrozar a Pedro Sánchez que no ha dado una sola satisfacción desde que consiguió los apoyos necesarios para la investidura: el caso Ábalos por supuesto, pero más que el caso Ábalos,  una inquietante  situación económica con incremento de paro y que el propio gobierno pronostica que se incrementará aun más, la corrección a la baja del crecimiento,  los miles de millones que ha prometido Sánchez a  Torra,  que evidentemente repercutirán en la financiación de las restantes regiones, la ya mencionada transferencia al País Vasco de las competencias en Seguridad  Social y  política penitenciaria,  el incremento del gasto de un macrogobierno trufado de parientes y asesores nunca vistos, que vivirán del erario público porque Sánchez tiene que contentar a sus socios y calmar a los suyos con vicepresidencias para igualar  el poder de Pablo Iglesias … El etcétera de argumentos que podía utilizar el PP es interminable. Sin tanto Ábalos, Ábalos, Ábalos, tan reiterativo como irritante, sin siquiera tener la inteligencia de reaccionar cuando Sánchez llamó a Guaidó líder de la oposición. ¿Dónde está el reconocimiento del gobierno de  España a Guaidó como presidente encargado?

Génova no acaba de acertar y en el grupo parlamentario falta experiencia y conocimiento de causa. Si  las sesiones del control al gobierno van a ser como la primera de la legislatura, el PP entrará en situación  de apaga y vámonos.  Ya es difícil ver a Sánchez como un presidente de perfil institucional, pero en su respuesta a Casado ha aparecido, de lejos, como un jefe de gobierno que se preocupa por los grandes problemas. Incluso ha tendido la mano a Casado para, juntos, trabajar por el bien de este país…

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