Cuatro días después de que su madre asesinara a su hermano tetrapléjico para después suicidarse, José Ángel F.J., de 49 años, acudió el 17 de enero de este año a una farmacia de Marcelo Macías no muy alejada de su casa para perpetrar un atraco. Con un cuchillo en la mano, exigió el dinero de la caja a dos empleadas con una explicación poco ortodoxa: "Yo tengo que hacer esto porque me quiero ir a la cárcel y total a ti este dinero te lo devuelven (...) Lo siento pero estoy pasando por una situación familiar muy mala". Consiguió un botín de 150 euros y se dio a la fuga, aunque la Policía Nacional tardó poco tiempo en detenerlo ya que tan siquiera trató de ocultar su rostro ante las perjudicadas.
En efecto, la situación familiar por la que pasaba era dramática. Su madre, Julia Jiménez, de 66 años, había ideado un plan tratando de poner fin al sufrimiento de su hijo menor, Antonio Javier F.J. (45 años), alias Tarzanín, quien estaba internado en una residencia de Barrocás por sus problema de salud a consecuencia de un grave accidente en julio de 2016 con un coche robado, todo ello agravado por las secuelas de un consumo de drogas prolongado en el tiempo: fue a verlo a primera hora de la tarde como hacía habitualmente y le suministró una dosis letal de metadona. Al regresar a la casa que compartía con su hijo José Ángel, un piso alquilado de la avenida de Portugal, apenas cenó y se fue a la cama porque le dolía la cabeza.
A la mañana siguiente, el ahora acusado se la encontró muerta por una sobredosis de heroína y ansiolíticos. Según los vecinos del lugar, apenas tenían dinero y malvivían. La propia Julia dejó una nota en la que pedía que la pensión no contributiva que cobraba quedase para su único descendiente.
El atraco que consumó pocos días después el vástago mayor le puede costar hasta seis años de cárcel (los que pide la acusación particular). La fiscalía reclama cinco por un robo con violencia en las personas y uso de instrumento peligroso, al que le aplica la agravante de reincidencia. Había salido en octubre de 2019 de prisión, en donde cumplió una condena de tres años y medio por un robo. A José Ángel le constan 44 detenciones en su historial delictivo.
El Juzgado de Instrucción 2 de la ciudad le envió a prisión provisional y desde entonces, tal como quería, ha permanecido en la cárcel.
En un primer momento, estuvo en el centro penitenciario de Pereiro de Aguiar pero prefirió poner tierra de por medio e ir a Bonxe (Lugo). En la cárcel de Ourense, era una persona conocida y otros internos querían profundizar en el drama familiar, según aseguran fuentes al investigado.
