Opinión

AUTÓNOMO

Es domingo y escribo desde la cama. No es que tenga un mal hábito, ni mucho menos - a dios gracias- porque sea un Proust de final de vida con el tiempo perdido a vueltas, sino por mera imposición de cierto malestar físico que no llega ni a primera letra, es decir a la 'A', de pequeña gripe. Aspirinas efervescentes, pastillas de chupar para la garganta, no hablar demasiado para apagar la afonía y 'santas pascuas', todo a fin de estar mañana lo mejor posible para abrir la puerta de entrada al 'ingreso' diario que nos mantiene. La verdad es que a pesar de esta falta de fuerzas y del ¡cállate!, necesario para atemperar las cuerdas vocales que tenso 'tocando' de continuo, celebro que la cosa no sea grave (incluso con romper una pierna bastaría); lo celebro, no ya por el propio y más importante padecimiento que conllevaría sino por el ataque en dicho caso a la salud económica, tan peculiar en el autónomo que si sufre enfermedad común y no absolutamente impeditiva o manifiestamente grave, pues que ¡como si no existiera!, ni puñetero caso, como al acufeno que cuánto más nos preocupa más daño nos hace. Pero que conste que este pasotismo no es porque no duela igual que al resto de los humanos sino porque el autónomo de hoy debe ser consciente, o mejor dicho un inconsciente, salvando las distancias, de su papel espartano.


Pero si esta peculiaridad de luchar contra los elementos naturales el autónomo la enfrenta con cierto realismo mágico, no hará igual con la otra enfermedad que incuba del trato político. Porque aquí más que daños físico (no hay horarios que lleguen para el dictador Necesidad), cabe hablar de psíquico u otro debilitador de la moral, pues se empeñan a empujarnos a creer que ser autónomo es empresa de imbéciles a los que se le puede magrear todo lo que se quiera sin que éste se dé cuenta, o, en cualquier caso, sin ninguna resistencia. Tan imbéciles nos consideran algunos del poder que además de burros apaleados por la lisonja que alaba el emprendimiento como una posible solución a los problemas de paro que trajo la crisis. ¿Será para embaucar a tantos necesitados de emprender lo que sea para no morirse inanes? No cuela. Ya está bien de pillar por banda a inermes autónomos desprevenidos al tener que ganarse la vida cada día y meterles nuevo rejón a cada medida que se inventa cualquier comité asesor ministerial para recaudar fondos de un erario hecho a base de tiras de piel de autónomo, no autonómico o de toro. Que miren hacia Inglaterra, Francia o Alemania, y vean las cuotas obligatorias a la seguridad social y demás impuestos para quienes no llegan a salario medio.


'Por llegar llegan tiempos de insumisión y desobediencia civil, pacífica siempre, pero contundente. Y al margen de cualquier tipo de Asociación comprada al socaire de talón de subvención y que se erige en representante de un colectivo que mayoritariamente no le pertenece. Al respecto leía estos días una barbaridad de suma de dos millones doscientos mil euros destinados por la Xunta de Galicia a los Centros Comerciales Abiertos con el fin de ¿captación de clientes?; o a campaña de barra de pan regalado con 20? de compra en la plaza de Abastos que sin duda pagará el Concello si nos atenemos a la foto publicitaria para la prensa de alcalde y concejal posando; ¡cuánto mucho mejor sería que aplicaran ambos este dinero en seguridad ciudadana para que no le roben a la peluquera de Manuel Pereira, o que dejen de hacer la competencia desde el Concello a la empresa privada regalando formación de entretenimiento, guardería, ludoteca o lo que sea, de moca y a costa de los mocos que le salen al peculio del contribuyente asfixiado. ¡Qué vergüenza! ¡Llega la hora de levantarse; no, a trabajar no; por dignidad!'


Vaya por dios, me ha subido la fiebre desde el último párrafo; ya no sé si razono o deliro.

Te puede interesar