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Bacchus Gran Oro para un Albariño del Salnés

Bodega de Pazo de Villarei.
photo_camera Bodega de Pazo de Villarei.

El gran oro de Pazo de Villarei es el primer gran espaldarazo para la cosecha de 2018 para este monovarietal de Albariño que elabora el grupo HGA en su bodega de Rías Baixas, situada en Eiras (O Rosal)

Los vinos gallegos han vuelto a dar la campanada en el segundo concurso importante del año. En este caso en el que fue organizado por la Unión Española de Catadores de la que ha salido una nueva edición de los Premios Bacchus. 52 medallas, de las que una es un Gran Oro, ganada por el vino que traemos a esta sección, 21 oros y 30 platas. Rías Baixas, que casi duplica en producción al resto de las denominaciones de origen juntas, obtuvo 1 gran oro, 17 oros y 18 platas. Ribeiro, 3 oros y 4 platas, Valdeorras, 1 oro y 5 platas y Monterrei, 1 plata. A esta cifra hay que sumar las dos medallas de plata recibidas por otros tantos vinos de la Ribeira Sacra. Ourense consiguió, además de esas 14 medallas, una adicional que fue para un vino de mesa, fuera de DO, que se comercializa exclusivamente en Lidl.

El gran oro de Pazo de Villarei es el primer gran espaldarazo para la cosecha de 2018 para este monovarietal de Albariño que elabora el grupo HGA en su bodega de Rías Baixas, situada en Eiras (O Rosal). Aunque la bodega se encuentra en la subzona más meridional de Rías Baixas, Pazo de Villarei está elaborado exclusivamente con uvas procedentes del Val do Salnés, donde el grupo posee 42 hectáreas en diversas fincas. Pazo de Villarei está elaborado con las uvas procedentes de una finca de ocho hectáreas que se encuentra entre las rías de Arousa y la de Pontevedra. El vino, que cuenta con el sello de Galicia Calidade, tiene una producción en esta añada de 2018 que fue la presentada a concurso de 120.000 botellas. En añadas anteriores ya había cosechado una decena de medallas en concursos internacionales, entre ellas, los bacchus de oro en los años 2017 y 2018, y en ese último año también el Baco de Oro.

Estamos ante un vino joven, en el que la fermentación se realiza a muy baja temperatura, lo que significa un proceso de vinificación lento que le va a aportar un punto extra de aromas y sabores, muy afrutados y florales que son los característicos de la variedad en esa zona de cultivo. El clima suave le confiere también un carácter fresco y ligero, con una acidez más acentuada aunque no exagerada, y que es una de las señas de identidad de los albariños del Salnés. 

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