OURENSE NO TEMPO

La Banda Municipal de Ourense

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photo_camera Banda Municipal de Ourense con su director Ricardo Coutier al frente en 1911.

Los conciertos dominicales en la Alameda se convertían en cita ineludible y esperada por la ciudadanía.

H oy, por razones ajenas a lo musical, como otras muchas veces a lo largo de la historia se encuentra al borde de la desaparición; sin embargo espero que entre todos los ourensanos seamos capaces de impedir que eso ocurra.

El primer dato que conozco sobre nuestra banda se lo debo al gran Pepe Adrio, cuando nos relata que en el año 1843, con la dirección de Manuel Tuestes, un grupo de aficionados a la música se reúnen para ensayar. No consta que tuvieran ningún tipo de ayuda ni subvención, y ni siquiera podían permitirse gozar de una uniformidad. En esas precarias condiciones colaboraban con las fiestas y actos a los que se les invitaba. Continúa Adrio (en su “Del Orense antiguo”), descubriéndonos que la llegada de un nuevo gobernador en marzo del 1878 fue uno de los mejores momentos de la banda en aquellos tiempos. El murciano Bartolomé Molina, gran aficionado a la música, ve con desagrado que la banda carecía de los más básicos medios para desempeñar su labor y toma a su cargo el mejorar las condiciones; de su propio bolsillo financia los uniformes necesarios y “estimula” al resto de autoridades para que colaboren a tener una banda que represente dignamente a la ciudad. Fue el 15 de junio de 1878 cuando la banda, por primera vez uniformada, actuaba en la Plaza Mayor bajo la batuta de Juan Carneao. Al año siguiente el gobernador dimitió de su cargo y la banda estuvo a punto de desaparecer, o puede que incluso desapareciera.

El caso es que según los datos que facilita el concello, obviando esta anterior andadura, es en 1883 cuando Enrique Fernández Fernández ve la necesidad de crear una orquesta que sería el germen de la nueva banda municipal, estamos ya en 1897. (Conocemos nombres que no he podido ubicar en el tiempo, como Chamuchin y Trepedes que supongo apodos, o Eugenio Molina, de quienes consta que han sido directores de la banda.)

Comienza con el siglo una de las etapas más tranquilas y productivas de la banda ourensana. Don José Millán se hace cargo de la dirección y los conciertos dominicales en el paseo central de la Alameda se convierten en cita ineludible y esperada por la ciudadanía. No existía palco y los músicos tocaban subidos a una estructura de madera, pero a partir de 1903-04 pudieron disfrutar del excelente palco que aún hoy tenemos en el lugar. La banda también era invitada a todo acto público que quisiera tener una cierta notoriedad, con lo cual incluso hubo ingresos para repartir entre los integrantes. (Por mis datos únicamente el director tenía asignado un salario, el resto de los integrantes recibía ocasionalmente una gratificación y cuando el evento al que se les invitaba tenía presupuesto, se repartía entre todos.)

En ese ambiente, llegamos a otro de los momentos cruciales de nuestra banda. En junio de 1910 los enfrentamientos entre los músicos de la banda y el director señor Millán aconsejaron apartar al director de su puesto, por lo cual se convocó concurso para la plaza. A fin de abrir la convocatoria se decidió modificar el reglamento, en cuanto a la norma que exigía haber sido músico mayor en el Ejército para desempeñar el puesto. Con ello el mes de septiembre de 1910, concurrieron al puesto de director de la banda municipal personajes de la talla de Ramón Gutiérrez Parada (se presentaba como ex director del Orfeón Unión Orensana; aún no había impartido clases en la escuela Normal Orensana), Joaquín Rubianes Otero (director de la Banda de Villagarcia), Ricardo Courtier (Trives) y así hasta diez maestros de consolidado nivel. Finalmente el puesto se concede a Courtier, quien el 11 de noviembre de 1910 dirige por primera vez la banda ourensana, compuesta por 45 músicos. Según demuestra la historia, la banda alcanzó un altísimo nivel, aunque para hacer justicia hay que decir que estaba espoleada por una gran competencia. En aquellos años la banda de los bomberos de Oporto, la de Villagarcía y la de los regimientos que tuvimos acuartelados en la ciudad -"Ceriñola" y "Zaragoza"- gozaban también de un gran prestigio.

Courtier fallece en el 22, y tiempo antes había sido sustituido de manera interina por el músico José González, quien a su vez cedió la batuta a Javier García Bragado.

A partir de esta fechas los datos son conocidos, y nos hablan de integrantes y directores de gran talla: García Basoco, el entrañable Segis y el tío Pepe, (José Domínguez Seoane), fueron algunos de los que ostentaron la dirección, y junto a ellos muchos personajes conocidos de la ciudad que con su esfuerzo y dedicación han conseguido que la banda sobreviva estos casi 175 años. Intentemos que pueda continuar trabajando.

(Sé de la existencia de un trabajo que sería interesante conocer: "La Banda Municipal de Música de Ourense en el periodo 1878-1955", tesis doctoral del investigador Sergio Noche García, 2013.)

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