RELATOS EN LA LEJANÍA

Boxeo y fútbol en el Paseo

Tino, Carqueixa, Pintado, Gody, Sanchiz o King-Kong destacaron como boxeadores en su época

En el Ourense de entonces había una gran afición al boxeo y había boxeadores ourensanos importantes que destacaron en aquellos años. Tino, de origen cubano creo y limpiabotas en el Túnel, y también su hermano, que se situaban en la entrada de lo que es hoy Galerías Centrales en el Paseo; Carqueixa, Pintado, Gody, Ramón Losada “Sanchiz". King-Kong era Caride, hijo de un guardia municipal. Más tarde lo fue también él mismo cuando dejó el boxeo y emigró a Alemania creo. King-Kong era muy querido por la afición orensana. Recuerdo que celebró un combate en el Xesteira, para el que no lo sepa, un cine coliseo que aún existe hoy el edificio en la calle Concordia, y que linda con Hacienda. En dicho combate tenía como rival al vigués Lobato el Gigante. Apenas iniciado el primer asalto cayó fulminado por un golpe directo al hígado de King-Kong, del que no logró recuperarse. El árbitro dio por finalizada la pelea.

Recuerdo también a la afición en un partido de fútbol en el campo del Couto abarrotado. Puesto en pie indignado, clamando “King-Kong”, cansados ya de las decisiones arbitrales que manifiestamente perjudicaban a nuestro equipo. King-Kong se había convertido en el ídolo de las masas. Al final del partido, numerosos aficionados aleccionaban a King-Kong para ir a esperar al árbitro en el Puente Viejo “y pedirle explicaciones”. Así lo hicieron. Después de empujones y alguna “caricia” por parte de un grupo. Alguien debió de advertir al propio King-Kong que no interviniese por su condición de boxeador.

En los días que el Paseo estaba más concurrido, domingos y festivos para que el lector se sitúe, la situación era esta: entre las siete y las nueve de la tarde noche, las puertas del cine Losada se abrían de par en par para dar salida a los espectadores de la anterior sesión. Los que se agolpaban para poder entrar, y la gente que enfrente, en el bar Túnel, se concentraba esperando los resultados del fútbol que el propio Dorzán iba poniendo en una pizarra, subido a una escalera de madera de las llamadas “tijera”. Los apretujones y el ruido de la gente que a veces gritaba, sobre todo el aficionado del Orense, Deportivo, Celta y Madrid, cuando les favorecían los resultados. El Paseo se paraba. No podía continuar y unos con otros apretujados permanecíamos por minutos sin poder dar un paso. Las terrazas del Miño, El Cortijo, la afluencia masiva de personas en el bar Túnel, los camareros tratando de servir las mesas, las bandejas con las consumiciones que de vez en cuando volaban... el griterío era ensordecedor. Estos momentos fueron los que quedaron grabados y permanecen en mi memoria y que emocionado os trasmito. Las agencias locales de publicidad, Radar, Central, etc., facilitaban información o cualquier otra a nivel nacional, sobre los partidos. Eran continuas las avalanchas de gente y se formaban distintas corrientes que dificultaban la circulación. Se perdía momentáneamente a la pareja, al amigo, cosa normal que sucedía habitualmente. Cuando se volvía a la normalidad, era un placer porque ya se podía disfrutar y respirar aire fresco que hasta entonces era imposible.

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