EL EDUCADOR HABLA

Bruxismo y ronquido en niños: ¿cómo se soluciona?

El bruxismo infantil es un tema de especial interés para los padres, ya que, el ruido producido por el rechinamiento llega incluso a despertar a los padres que duermen en otra habitación.

El bruxismo o rechinamiento de dientes se define como una actividad muscular mandibular repetitiva y sucede tanto en adultos como en niños y se presenta durante el sueño o durante el día.

El acto de rechinar además de desgastar los dientes también se asocia con dolor orofacial, cefaleas, trastornos del sueño o trastornos respiratorios del sueño, como el caso del síndrome de apneas e hipoapneas del sueño.

Hoy en día, su etiología se considera multifactorial. Factores psicosociales y posturales, como una mala mordida, un mal patrón de respiración, ansiedad y estrés son los factores más relacionados.

El bruxismo, regulado por el sistema nervioso central, se caracterizada por apriete y rechinamiento dentario y además está influido por factores periféricos. Debemos tener en cuenta que no solo desgasta los dientes, sino que se asocia a síntomas como: cefaleas, dolor muscular mandibular, molestias durante la masticación y sensación de limitación de la apertura mandibular. 

El papel del pediatra es fundamental para la detección precoz. Un niño que crezca con bruxismo y ronquido, será un adulto que siga padeciendo bruxismo y ronquido.

Aunque se ha normalizado el uso de férulas nocturnas en el adulto, deberíamos encaminar nuestro enfoque a la resolución de la parafunción. El bruxismo sólo es el primer signo clínico de una alteración, bien en la vía aérea superior o bien a nivel dentario o articular. 

Manifestaciones más comunes del Bruxismo y Ronquido - Trastornos respiratorios del sueño

Son numerosos los estudios que evidencia la relación entre el bruxismo y los trastornos respiratorios durante el sueño. La alteración en la vía aérea superior es la principal causa del síndrome de apnea/hipoapnea. El primer signo que debe ponernos en alerta es el Bruxismo. Pero si también cursa con ronquido o respiración fuerte durante el sueño, nos estaría indicando que existe una alteración en la vía aérea superior.

La respiración oral no solo agrava el problema. Se sabe que el principal causante de las alteraciones en la vía aérea superior, es la hipertrofia amigdalar, adenoidea y tonsilar. El niño que bruxa, está respirando por la boca, por lo que aumentan los niveles de dióxido de carbono exhalado lo que implica una mala oxigenación en sangre. Por tanto, el sueño no es reparador.

Signos que indican que el sueño no es reparador: Inquietud durante el sueño, dar muchas vueltas, dormir buscando la hiperextensión de la cabeza, dar patadas durante el sueño, babeo, sequedad y/o mal aliento al despertar, despertares o microdespertares nocturnos. Esto se traduce en somnolencia diurna, hiperactividad, problemas cognitivos, cefaleas matutinas, falta de atención/concentración en el colegio, enuresis, excesiva sudación al dormir, malos despertares,ojeras…

¿Y si le extirpan las amígdalas y vegetaciones se soluciona el problema?

A priori puede parecer la solución más lógica, pero no lo es. A menudo llegan familias a consulta que están desesperadas porque el otorrino del niño no le quiere extirpar las amígdalas, pues bien, el otorrino suele llevar razón.

Tanto amígdalas como adenoides desempeñan un papel fundamental como tejido de defensa que son. En los casos más extremos el tejido amigdalar o adenoideo ha crecido tanto que ocupa casi la totalidad de la vía aérea, por lo que sí es necesario reducirlas de forma parcial o total mediante una pequeña intervención para poder restablecer el flujo de aire por la oro y nasofaringe.

Si operar no es la solución, ¿cuál es?

Tanto si a tu hijo le han extirpado las amígdalas, lo tienen en observación, o te han dicho que sí están hipertrofiadas pero que ya se le pasará, lo primero que hay que evaluar es:

-Patrón de respiración: si tu hijo no tiene una respiración 100% nasal habrá que reeducar su patrón de respiración. Puede que respire sólo por la boca o que presente un patrón de respiración mixto, es decir, un poco por la boca y otro poco por la nariz. Cuanto más porcentaje de respiración oral exista más hipertrofia de amígdalas y vegetaciones, por lo que más difícil será cambiar su patrón de respiración. La reeducación es fundamental, ya que, si extirpamos amígdalas pero el aire sigue entrando por la boca, no estaremos resolviendo el verdadero problema. En un principio notaremos un cambio grande, el niño ya no roncará, pero seguirá respirando por la boca. El aire en vez de irritar a la amígdala, que ya no está, irritará la garganta. Por lo que cambiaremos un problema por otro.

-Evaluar mordida: El bruxismo produce un desgaste evidente en los dientes. Habrá que buscar si existe una mala mordida que lleve al paciente a buscar una posición más cómoda de morder a base de desgastar los dientes.

Postura corporal: el bruxismo produce una hipertonía de la musculatura cervical. Produciendo una alteración en el desarrollo del macizo craneofacial. Sin embargo, no podemos determinar si es la causa o la consecuencia del bruxismo. Pero sí sabemos que la respiración oral produce una alteración de la postural a nivel del cráneo, situando a la cabeza en una posición mas adelantada respecto al hombro, pudiendo producir rectificaciones cervicales, cifosis o lordosis… 

En un niño que está en crecimiento es fundamental observar si existen asimetrías producidas por una mala postura, sea por bruxismo o por respiración oral. Ya que si dejamos que crezca asimétrico se estará instaurando el problema.

Por lo tanto, si tu hijo rechina los dientes y/o ronca asegúrate de cómo está respirando, mira sus dientes, piensa en cómo duerme y evalúa si tiene o no un sueño reparador. El bruxismo y el ronquido te ponen en alerta de que algo no va bien. Si sólo bruxa, busca en sus dientes, y si ronca, mira su nariz, boca y garganta.

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