Un consorcio formado por miembros de la Universidad de Vigo y del sector empresarial se encuentra en el proceso de desarrollar una serie de herramientas con las que se cree que se conseguirá un ahorro del 25% en los costes energéticos relativos a la climatización de los edificios y de un 15% en los de iluminación gracias a una adecuada modelización de requisitos de acondicionamiento. Así lo han puesto en común tras un año de trabajo dentro del proyecto Inmena, que en los próximos meses comenzará a hacer pruebas de estas hipótesis, que se realizarán en el hospital Povisa.
En marzo de 2018 arrancaba el proyecto Inmena, una iniciativa cuyo objetivo pasa por mejorar la eficiencia energética de los edificios. Ahora, tras año y medio de trabajo, los cuatro miembros del consorcio se han reunido para analizar y debatir los avances técnicos de la iniciativa. La finalidad no es otra que desarrollar herramientas de alta automatización que posibiliten una gestión energética activa de las demandas de las edificaciones teniendo en cuenta sus usos y favoreciendo, al mismo tiempo, un equilibrio entre confort y calidad en interiores, así como un consumo energético de todas las instalaciones de un edificio.
La importancia de este tipo de medidas radica en la estimación de que el 40% de la energía mundial se consume en los edificios urbanos y cuatro de cada diez de estas edificaciones corresponden a fines comerciales.
El proyecto Inmena, que cuenta con un presupuesto de cerca de 700.000 euros, se inscribe en la convocatoria Conecta Peme de la Xunta de Galicia y está conformado por un consorcio del que forman parte las empresas DiagnóstiQA -que ejerce como coordinadora-, Insega e Proyestegal, además de la Universidad de Vigo. Dentro de la institución académica, están implicados los grupos de investigación de tecnología energética (GTE) y el de geotecnologías aplicadas (Geotech).
