Delitos

Casi medio millar de robos en Ourense quedó impune en los últimos dos años

Fueron archivados por falta de pruebas que permitan identificar a los autores

Las fuerzas de seguridad archivaron 460 robos perpetrados en viviendas, naves y negocios industriales, además de explotaciones ganaderas, en los últimos dos años en la provincia. Los ladrones no dejaron ni una sola pista de la que los investigadores pudieran tirar para identificarlos. 

En todos los casos, los agentes realizaron una inspección ocular, pero los delincuentes utilizaron guantes para no dejar huellas y se taparon el rostro para no ser reconocidos, aunque en la mayoría de las instalaciones afectadas, según pudo saber este periódico, no había sistemas de videovigilancia.

En alguno de los robos, el botín fue de escasa cuantía, pero en otros fue sustancioso, como el registrado en diciembre del 2016 en una nave industrial del Pazos (Verín), en la que sustrajeron herramientas y maquinaria por valor de más de 25.000 euros. En este caso, la Guardia Civil alertó a policía portuguesa ante la sospecha de que los delincuentes se trasladarán al país vecino para comercializar el material en ferias y mercados, pero las pesquisas resultaron infructuosas.


Tres robos en la misma nave


En la misma zona, los delincuentes entraron durante el año 2016 y 2017 hasta en tres ocasiones en una empresa de distribución de bebidas y comestibles, en la que se apoderaron de diversos licores , refrescos e incluso bollería. "A día de hoy, no sabemos quiénes fueron los autores. Es gente muy preparada que viene directamente a perpetrar un robo y luego desaparece. Es difícil encontrarlos", afirmaron en la empresa.

A Juan R.F. le entraron a mediados del 2017 en su vivienda en Barbadás después de forzar una ventana. En el interior del inmueble no había nadie y los ladrones sustrajeron 800 euros en efectivo, un reloj y objetos decorativos. "Tras el robo lo pase mal. Sientes una gran sensación de inseguridad y hasta no duermes por las noches. A partir de entonces, extremé las medidas de seguridad, pero lo mejor es que no vuelvan", lamenta.

En el botín de los 460 robos figuran, además de dinero y joyas, televisores, maquinaria, menaje de cocina, embutidos, jamones, licores, ropa, calzado, material de cobre, tres camiones, remolques de tractores e incluso cerdos, gallinas y conejos.

Alguna de las víctimas llegó a investigar el robo por su cuenta, caso de José Fernández, quien ofreció una recompensa de 3.000 euros por una pista  para dar con el paradero de su camión grúa, robado a principios del pasado verano después de dejarlo estacionado en A Gudiña. El hombre lo buscó sin éxito en el norte del país vecino y, según dijo, se vio obligado a comprar otro vehículo.


Reapertura


Los 460 robos continuarán figurando en la base de datos, tanto de la Guardia Civil como de la Policía Nacional, y solamente serán reabiertos en caso de que aparezcan datos que permitan identificar a los autores. Los agentes anotaron la franja horaria en que se produjo el robo, el modus operandi y botín sustraído.

En el parte policial también se hace referencia a todo el material recopilado en el entorno de los inmuebles afectados e incluso testimonios de las víctimas y testigos. Toda la información es analizada cada vez que se registra un nuevo robo en la provincia para determinar si hay alguna coincidencia.  "Ya no es la primera vez que se detiene a una banda tras un robo y se termina demostrando que perpetraron más a lo largo del tiempo en diferentes puntos de la provincia", apuntaron fuentes del instituto armado.

Sospechan que algunos de los robos fueron perpetrados por delincuentes que se desplazaron desde otros puntos del territorio nacional. 


Sin pistas sobre los encapuchados


La provincia fue escenario el año pasado de dos robos con violencia e intimidación en Allariz y Bande, que generaron alarma, sobre todo en el medio rural. Los ladrones, que iban encapuchados, actuaron con suma violencia. Primero fue el matrimonio formado por Ramón Rodríguez, de 84 años, y su esposa Adoración Vibe, de 82, en su vivienda de Allariz, a los que sustrajeron 3.000 euros.  Después, hicieron lo mismo con tres hermanas, una de ellas con una deficiencia física, en Güin (Bande), a las que robaron 600 euros.

En ambos casos, la Guardia Civil mantiene una investigación abierta y continúa recopilando datos con el objetivo de detener a los autores. Los agentes están convencidos de que residen en la provincia y que terminarán por ser identificados y puestos a disposición judicial. La misma opinión no la muestran las víctimas, que, a día de hoy, prefieren no recordar y hablar abiertamente de los momentos vividos.

Los agentes también investigan otro asalto perpetrado por encapuchados el pasado mes de enero en un bar de Parada de Sil, en el que agredieron con un hacha al dueño. 

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