Diseño gráfico

Castelao y O Carrabouxo en la tierra del samurái

Detalle de la portada ficticia de la versión manga de O Carrabouxo. (Autor: David Calviño)
photo_camera Detalle de la portada ficticia de la versión manga de O Carrabouxo. (Autor: David Calviño)

El diseñador gráfico ourensano David Calviño imagina cómo serían los clásicos de la literatura y el cómic gallegos si se editaran en Japón

Castelao nunca viajó a Japón. Aunque el polifacético creador de Rianxo se enamoró de las formas y texturas de las estampas niponas, nunca llegó a ver con sus propios ojos el sol naciente tras el monte Fuji... ¿hasta ahora? El último proyecto del ourensano David Calviño viene a reparar esta deuda histórica de Castelao y otros autores gallegos con el país asiático: el ilustrador, pixel artist y diseñador gráfico está realizando una serie de portadas que imaginan cómo serían las ediciones japonesas de las obras de Rosalía de Castro, Celso Emilio Ferreiro o incluso las tiras de O Carrabouxo.

“Aunque la idea surgió como un juego, un poco por ampliar mi portafolio, me pareció importante reivindicar una literatura que es universal, pero que ha tenido una distribución más local”, explica Calviño, que hasta ahora ha pasado por su particular filtro seis libros, entre ellos “Follas Novas”, “Un ollo de vidrio” u “O soño sulagado”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

グラスアイ • スケルトンの物語 (Gurasuai - Sukereton no Monogatari) - Castelao Outra portada da ficticia edición xaponesa de Un Ollo de Vidro - Memorias de un esquelete. Como curiosidade, o título, "gurasuai", é un préstamo direto do inglés "Glasseye" como tantos termos xaponeses. "Memorias de un esqueleto" tamén decidín empregar o prestamo "Sukereton" (skelleton) en vez do tradicional "Kokkaku" xa que me parece que encaixa mellor co sutítulo orixinal. Tamén decidín adaptar o "memorias" por "Monogatari" que se traduciría mellor como "relato" ou "historia" pero que é un termo recurrente para o título de obras como o Genji Monogatari. #castelao #bookcover #bookdesign #unollodevidro #graphicdesign

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La belleza del japonés

La idea inicial era imaginar cada portada en un país diferente, “pero elegí Japón, una cultura que me gusta mucho y conozco, para no caer en topicazos”, apunta el autor. Fruto de esta afición por lo nipón –“de adolescente fui otaku”, recuerda con una sonrisa Calviño-, el resultado fusiona la sensibilidad minimalista del ourensano con motivos visuales del país de los samuráis.

Un ejemplo de esta unión es la ficticia versión manga de O Carrabouxo: “Mushikobu-san”, de la que Calviño ha diseñado la portada del primer tomo tankōbon, o recopilatorio. “En este caso veía muy claro el formato, tomé el ejemplo de mangas humorísticos como «Doraemon» o «Kochikame»”, apunta el diseñador. El título lo ha traducido a partir de la palabra “agallas” en japonés, y transformando el artículo “O” por el sufijo honorífico “-san”, que significa “señor”.

“¡Ser un adicto al manga con 16 años te lleva a defenderte en japonés con 26!”, asegura Calviño, que reconoce ufano que, de momento, nadie le ha sacado los colores por alguna errata en los kanji de estas portadas. “Tengo un máster en Google Translate”, bromea, y celebra que los caracteres de este idioma no están tan limitados como las tipografías occidentales: “el japonés puede llegar a transmitir sin que lo entiendas”, dice.

Como ninguna de las obras interpretadas por Calviño tienen aún una versión real nipona, por el momento estas portadas ficticias son solo un proyecto personal, mezcla de entrenamiento, homenaje y divertimento. En el futuro, no obstante, quién sabe: tal vez el sueño japonés de Castelao pueda cumplirse algún día.

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