La bofetada que ha supuesto el coronavirus está dejando también pequeñas historias que contribuyen a seguir luchando para conseguir aplacar de una vez por todas la enfermedad. Así lo demuestra, por ejemplo, el justo homenaje que el equipo de sanitarios encargado del hospital de Piñor, reconvertido para atender a mayores derivados de residencias, brindó a María López, que este domingo cumplía 100 años y fue sorprendida con un ramo de flores y una pieza musical con gaita, un gesto para una luchadora.
"Lleva 30 días ingresada y no ha dado negativo. Estaba en la residencia San Carlos de Celanova, fue trasladada a Baños de Molgas y se rompió la cadera y tuvo que ser derivada aquí. Evoluciona bien y es un día de emociones fuertes", explica el médico Álvaro de Castro, encargado de coordinar un operativo de seis médicos, siempre con la enfermera Ana Gómez y la trabajadora social Mercedes Pulgar a su lado, atendiendo ahora a una treintena de pacientes.
Es el mismo equipo que hizo posible poner en marcha la residencia de Os Milagros en apenas unas horas. Ahora, ve "algo más complejo" porque los pacientes tienen un grado de dependencia más elevado, pero pone en valor Piñor, "un hospital con mucha historia y con terrazas que son un auténtico lujo".
De Castro pone en valor la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, "siendo ahora su momento". Este médico celanovés vivió en primera persona el estallido de casos en el geriátrico de su localidad. Ahora empieza a ver todo "algo mejor", pero recuerda que no vale confiarse. Casos como el de María invitan a seguir en la lucha. "Los mayores son fundamentales", dice. Sin duda.
