Centenario de un Ourensano ilustre

9 de junio 1920. En el Pazo de Doña Dora de Santa María de Tamallancos, concello de Vilamarín, provincia de Ourense, nace Pablo Mosquera Ferrando. Hijo del alcalde y médico Alejandro Mosquera Caride y Francisca Ferrando Semino. 

Su centenario coincide con el de Isaac Díaz Pardo, al que conoció en Sargadelos. Y con el de Benito Pérez Galdós, cuyas obras siempre estuvieron en su casa de Madrid. Era ferviente admirador de toda la obra que nos dejó hace 250 años, el gran Beethoven. Quizá por ser su madre una excelente pianista que entretenía su melancolía, alejada de Rosario en La República Argentina, tocando el piano las sonatas, entre otras del compositor nacido en Alemania. 

Tras sus estudios de bachillerato en el Instituto Lucus Augusti de la ciudad amurallada, será estudiante de Medicina en Compostela, amén de tuno de la primera estudiantina de la posguerra. Su primer servicio como galeno lo realiza en el Hospital Provincial San José de Lugo. En 1955 gana las oposiciones al cuerpo nacional de Inspectores Médicos de la Seguridad Social -INP- con destino en Manresa y muy pronto en Barcelona, donde le destinan a la Residencia Sanitaria -hoy Vall de Hebrón-. Pide y le conceden traslado a Ferrol y Compostela. 

Estando en la ciudad Santa de Occidente le nombran subdirector de la recién inaugurada Residencia General La Paz de Madrid, que al convertirse en Ciudad Sanitaria, el INP -entidad gestora- le nombra director del Hospital General de tal complejo asistencial. Estamos refiriéndonos a uno de los pioneros en Gestión y Dirección de Hospitales Públicos en España. 

Más adelante, será nombrado director gerente del Complejo Hospitalario Vall de Hebrón en Barcelona, en un momento en el que la Seguridad Social dependiente del Ministerio de Trabajo, desarrolla la red pública de hospitales más imponente en la historia de España y en Europa. Será uno de los miembros de la primera promoción de gerentes para hospitales de España que se gradúan en 1968.

Su paso por los dos grandes hospitales de nuestra Nación, le llevan a establecer las nuevas técnicas de atención a las urgencias desde domicilios al Hospital, las primeras unidades de Cuidados Intensivos -Coronarias- y las primeras unidades de Hematología en laboratorio y clínica. Durante su estancia en La Paz, se produce aquel "extraño" primer trasplante de corazón a cargo del doctor Martínez Bordiú, emulando a Christian Barnard, que previamente había visitado el hospital en Madrid. 

Tanto en Madrid como en Barcelona, fue promotor de varias generaciones de médicos gallegos, para que realizaran su formación -MIR- en aquellos dos centros, sin necesidad de salir a Europa o América. 

Su última singladura hospitalaria, la realiza a finales de los años 70, como director del Hospital Central y Universitario de Galicia, sito en su Compostela del alma, donde disfruta tertulia en el recordado Café Derby, con médicos y escritores, antiguos alumnos de la Universidad Literaria Compostelana. 

Se encuentra en el camposanto de Tamallancos, a la sombra de un hermoso carballo, y con un peto de ánimas a la entrada, dónde una iglesia románica hace sonar por veces su campanario. Allí están casi todos los miembros de su estirpe Mosquera, a modo de libro en piedra que cuenta como estos gallegos, descendientes de judíos, sirvieron a su país.     

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