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Comer bien en la enfermedad renal

El control dietético de las proteínas y del sodio favorece la función renal.
photo_camera El control dietético de las proteínas y del sodio favorece la función renal.
Una dieta de contenido medio en proteínas es segura y fácil de tolerar por la mayoría de las personas con alteración renal.

La guía dietética en la enfermedad renal tiene como eje central la cantidad de proteínas que aportan los alimentos de la dieta. La evidencia actual demuestra un efecto positivo de las dietas muy bajas en proteínas, sobre el progreso de la enfermedad renal crónica (ERC) en adultos. De esta forma, las recomendaciones apoyan mantenerse en torno a los 0.8 g/Kg de peso ideal/día, evitando una ingesta alta de proteínas (mayor de 1,3 gramos por Kg/día.)

Una dieta de contenido medio en proteínas es segura y fácil de tolerar por la mayoría de las personas con alteración renal. Un plan de alimentación con un control adecuado de los nutrientes, no sólo de las proteínas, sino también de grasas y glúcidos permite reducir notablemente los síntomas urémicos por un lado, y cubrir los requerimientos energéticos y evitar la cetosis, por otro. 

Para que un plan dietético sea eficaz deberá ser necesariamente acorde a la etapa de la enfermedad renal y personalizado al patrón de consumo y hábitos de la persona.  

Otras pautas generales de la dieta en la Enfermedad Renal Crónica:  

- Moderar la ingesta de alimentos grasos y de los alimentos ricos en azúcares. Esta indicación es importante para manejar nutricionalmente las complicaciones asociadas como diabetes, obesidad, hiperlipemias, entre otras.   

- Restringir y/o controlar la toma de líquidos. 

- Controlar los alimentos ricos en calcio, fósforo y potasio. Esta pauta se adaptará en función de la etapa de la enfermedad, concentraciones en suero de los electrolitos, aparición de edema importante, insuficiencia cardiaca o hipertensión, entre otros trastornos subyacentes.

- Suplementar vitaminas hidrosolubles y vitamina D según sea necesario.

- Evitar la adición de sal en las preparaciones y descartar del menú los productos con sodio en su composición.  

Consejos dietéticos para reducir proteína en el plan de menú: 

- Limitar las raciones de alimentos lácteos: quesos, leche, yogurt.

- Aumentar la presencia de frutas, hortalizas y verduras en la dieta. 

- Modificar la estructura del menú. Es una buena opción utilizar las verduras y los cereales como el plato principal y las carnes, huevos, pescado como plato de acompañamiento.

- Sustituir dos partes de proteína animal por alimentos vegetales y cereales, por ejemplo arroz, berenjenas, espinacas, en recetas de albóndigas, hamburguesas, etc.

- Cocinar platos con trozos pequeños de carne o pollo mezclado con arroz o pasta.

- Mezclar verduras crudas con pequeñas raciones de carne, huevo, queso, pollo o pavo.

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