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Comer sin lactosa

Un plan dietético libre de lactosa permite a personas con intolerancia, disminuir molestias o evitar síntomas

La lactosa es un tipo de azúcar natural contenida en la leche y los productos lácteos, pero también presente como ingrediente en numerosos productos alimentarios.

Para digerir y descomponer este azúcar con normalidad, el cuerpo necesita la intervención de una enzima llamada lactasa. Cuando la cantidad de lactasa en el organismo no es suficiente, aparecen, tras la ingestión de los alimentos, los síntomas característicos de la intolerancia (distensión abdominal, náuseas, descomposición, calambres, etcétera.) El avance de la lactosa por el tracto digestivo sin ser absorbida provoca la aparición de estos síntomas tan molestos. 

La relación entre la cantidad de lactosa de los alimentos, la cantidad de lactasa en el estómago y las complicaciones digestivas, es directa, por lo que un plan dietético libre de lactosa permite a las personas con intolerancia, disminuir molestias o evitar la aparición de los síntomas. 

Limitar las comidas con lactosa, o reducir la cantidad de alimentos con este azúcar es una pauta fundamental en el manejo de la intolerancia. Algunas personas admiten cantidades discretas de lactosa. En este caso, pueden incluirse pequeñas cantidades (50 gramos) de alimentos como quesos curados, leches fermentadas y yogurt, a la dieta.  

Las verduras y frutas naturalmente contienen muy poca lactosa. Pueden tener mayor cantidad las verduras y frutas preparadas con leche o derivados (cremas, gratinados con bechamel, empanados, rebozados, frutas en pudin, natillas, etcétera). 

Algunos granos de cereal y sus harinas se preparan con leche o lácteos y pueden contener pequeñas cantidades de lactosa. Galletas, napolitanas, croissants, bizcochos, tortitas, mezclas de pasta/fideos, cereales de desayuno, etc.

El grupo de alimentos de carnes, huevos y pescado contienen poca lactosa. Ahora bien,  las carnes y los productos alternativos preparados con leche aumentan su contenido en lactosa. Carne o pescado  procesado, empanado/rebozado, sustitutos de huevo comerciales, huevos revueltos, soufflés, etcétera.

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