Opinión

Coral De Ruada, primeras sedes

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photo_camera Los componentes de De Ruada, en una foto de 1919. Foto Xesta.

Cumplir cien años en la vida de cualquiera es... tiempo, pero en una agrupación, además de longevidad, significa mucho más, significa camaradería, entendimiento, esfuerzo, humildad, paciencia, tesón… Son muchos los factores que tienen que concurrir para poder llegar a cumplir esos años en un colectivo por el que han pasado más de mil personas con sus diferentes formas de ser. La clave pienso que solo es una: tener claro el objetivo y trabajar por él. En el caso de nuestra coral De Ruada, fueron dos los objetivos, recuperar la música folclórica ourensana y pasear con orgullo el nombre de nuestra provincia por todo el mundo. 

A pesar de que a los coralistas les gusta asumir como fecha de nacimiento la oficial del 5 de octubre de 1918, antes de esa fecha, y dejando claras las ganas y necesidad que había en la ciudad por tener una autentica coral, considero justo recordar datos que nos indican que la decisión fue madurando poco a poco entre ourensanos que ya iban haciendo pruebas.

En 1912 circulaba por “ahí” un animoso grupo musical conocido por “Os d'a Ruada”; no tenían director ni presidente, eran simplemente eso: unos jóvenes virtuosos, algunos, de instrumentos como la gaita y el tamboril, y en cuanto podían estaban dispuestos a animar cualquier celebración. Supongo que a los coralistas les sonará conocida la existencia de este grupo, pero por si acaso les recuerdo que un tal Virgilio Fernández, junto a Manuel Soto, Benito Cantero y Benjamín González entre otros, lo formaban y, según cuentan las crónicas, ya se les reclamaba fuera de nuestra provincia, como atestigua el diploma que en 1915 les concedió la Liga de amigos de Lugo (organizadores de las fiestas de la ciudad sacramental). Y que hoy forma parte del patrimonio de la coral.Pero dejemos esos primeros pasos y vayamos a lo oficial: 

En 1918 se oficializó el nacimiento de la coral en la superviviente Villa Joaquina. De ella queda el recuerdo y a ella le quedó la fama de ser la cuna de la coral, pero realmente aquella casa para De Ruada no fue más que eso, un lugar donde se decidió que Ourense se merecía un grupo coral que nos representara .
Cesáreo Eire Santalla, un secretario judicial enamorado de la música, residía allí, aunque la casa se conocía como “de la viuda de Eire”. Los Eire eran y son reconocidos ourensanos. Algunos aun recuerdan a don Castor y su tienda de ultramarinos en la calle de Villar, así como el almacén “de los Eire” frente al jardín, o don Eustaquio el doctor...

En Villa Joaquina, por su excelente ubicación, eran frecuentes las reuniones, y como en aquellos tiempos no estaba “asoballada” como esta hoy por edificios, en el lugar se cantaba y tocaba hasta bien entrada la noche. Cuentan que una tarde a finales del otoño de 1918, Cesáreo invitó a unos amigos y, según parece, ya existía una idea de lo que se quería hacer: si bien ese primer día no fue el definitivo, sí que quedó clara la intención de oficializar la agrupación. El nacimiento se produjo de manera definitiva el 5 de octubre de 1918.

(1919-1932?) La primera sede estuvo en lo más céntrico de la ciudad, la esquina Plaza Mayor-avenida de Pontevedra, entonces rúa Pereira 1 (en honor al original don Manuel Pereira de Castro, primer embajador de España en el Lejano Oriente, que supuestamente inspiró a don Ramón su obra "El señorito de Reboraina"). En esta ubicación fueron inquilinos durante más de 12 años de los Blanco Rajoy, compartiendo edificio con una de las más longevas sagas de peluqueros de nuestra ciudad, los Seoane.

Posiblemente la ubicación facilitara el protagonismo que la coral tuvo en las celebraciones de la Semana Santa ourensana. Desde el balcón de la coral se cantaban "ayees" durante la Procesión de la Soledad. Echando la vista atrás tengo que reconocer que no pudieron escoger mejor sitio en aquellos momentos, ya que toda la vida social de nuestra Auria desde hacía años se concentraba en esta zona: la presencia del Ayuntamiento, junto a los cafés de moda Regio, Victoria y Unión…, la celebración de los mercados diarios y el habitual paseo de la "alta sociedad" ourensana por el espolón de la plaza, daban gran visibilidad a De Ruada. De esta etapa solo quedan buenos recuerdos y muchos de los éxitos de la coral, pero seguramente la falta de espacio y, por qué no decirlo, los difíciles momentos que se avecinaban en el país, aconsejaron irse a un espacio menos céntrico y seguramente más económico. Probablemente también la decisión de los propietarios de venderlo (se tomó ya en 1927 pero se fue aplazando) influyeran en que la Coral se planteara un cambio de aires. A modo de anécdota, contar que hacia 1927 tres agrupaciones musicales residían en la calle Pereira, De Ruada (Pereira 1), el Orfeón (bajos del Hotel Barcelona y bajada calle Desengaño) y la Coral Polifónica (Pereira 7)

(1933-60) A comienzos de los 30 (32-34) y terminada su primera gran gira americana, se trasladan a la plaza del Corregidor. Un local que cada día estaba más deteriorado y, aunque solo se utilizaba para ensayos, las condiciones obligaron a buscar otra opción (en invierno los ensayos se hacían con paraguas; quizás Claudio “O Cuco de Velle” sacó de ahí la idea para meter en su repertorio el que fue su mayor éxito musical “O paraguas do Xóse”). Las siete y media era la hora escogida para que día a día la plaza se llenara de alegres cantos y, a pesar de la mala acústica e inexistente insonorización, os aseguro que no he podido encontrar ninguna queja del vecindario en los más de 20 años que estuvieron en la plaza, alguno incluso apunta que se acercaban a la plaza vecinos de otras zonas (lo gratis…).

En el 58 apareció la oportunidad de compartir los locales de la Academia Balmes en la calle de La Paz (la academia Balmes la dirigía don Luis de Dios Rodríguez), y atraídos por la historia musical de la calle, no lo dudaron, no sé si recordáis que ahí tuvo su peluquería el gran Eduardo Rey Custodio (Blanco Amor), y los Casasnovas durante años enseñaron música en su academia (además de crear varias comparsas y…). 

(1960-63) En el 60 se produce un nuevo cambio; el elegido es el segundo piso del emblemático edificio ocupado por Tobaris y Celestino en el Paseo. Para los ourensanos era como si se fusionaran dos grandes clubs, el Orensano (Club de Tenis) y la Coral, lástima que en los bajos no siguiera abierto el elegante café El Moderno (es broma).Posiblemente el no tener cerca la cafetería fue motivo de disgusto y la agrupación decide abandonar el local. A falta de datos seguramente la presidencia del Orensano tuvo algo que ver en el ofrecimiento de esos locales, don Luis Pérez Coleman había sido presidente de la coral y en esos años del Orensano.

(1963-70) Quizás la oferta a buen precio (cesión gratuita) de la Diputación Provincias de uno de los pisos que en la calle de la Cruz Roja poseía la institución fuera la verdadera causa. Allí compartieron vecindad con la Escuela de Artes y Oficios y el Ballet Folclórico Orensano de Chicho.
El resto es historia “reciente”:

(70-73) Esquina Curros Enríquez San Lázaro. (73-77) Regreso al Paseo. (77-88) Calle Progreso encima de Foto Mazaira. Y en 1988 por fin el local que se merecen: el ático en el Teatro Principal donde cumplirán…

Como remate, si me lo permitís, citaré la sede que seguramente haya sido realmente la primera de las que haya tenido De Ruada, y pocos o casi nadie recuerda. Me refiero a aquella carroza que en una lejana batalla de flores (1913) ganó el primer premio. En ella, unos jóvenes Virgilio “el Gaiteiro”; “O Groso”, tamborilero; Lorenzo Sánchez; Benito Cantero, y un jovencísimo Ben Cho Shey. Con la financiación del “Canalejas”, llenaron de flores y "xestas" una camioneta y al llegar delante del jurado donde presidía doña Sofía Casanova tocaron una muiñeira mientras bailaba Ben Cho Shey con una joven ourensana. La poetisa, en contra de lo que pensaba el resto del jurado y público, mostró su agrado por la actuación y propuso darles el primer premio. Como es lógico, el resto del jurado no se atrevió a desairar a tan ilustre dama.

Contaba Ben Cho que en esa carroza se gestó el nacimiento de la coral De Ruada y que él no fue fundador por estar realizando el servicio militar en África. Por cierto, el potentado que aportó la financiación para la carroza, "el Canalejas", es posible que fuera el casero de la coral en el Corregidor. Sofía Casanova estaba en la ciudad para participar en los actos de homenaje a nuestro bardo Lamas Carvajal y presidir el concurso Fiesta del Madrigal, organizada en el Liceo Ourensano por escritores gallegos.

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