ENTREVISTA

"La corrupción en Haití es brutal y ha impedido su desarrollo, diez años después todo sigue igual"

José Manuel Solla, en Allariz (MARTIÑO PINAL).
photo_camera José Manuel Solla, en Allariz (MARTIÑO PINAL).
José Manuel Solla Camino es médico en Allariz y presidente de la Fundación SEMG Solidaria

José Manuel Solla Camino (Pontevedra, 1956)  ejerce de médico de Atención Primaria en Allariz desde hace 30 años. Los alaricanos conocen bien su labor fuera del centro de salud: es habitual que su médico se ausente temporadas para llevar su profesión a Nicaragua o al Sáhara. Desde la villa, preside la Fundación SEMG Solidaria, sostenida por la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, que también presidió. Desde Allariz, impulsó la primera escuela de ecografía nacional en la Atención Primaria, técnica pionera que hace diez años llevó a Haití, un país que no se recupera de sus heridas después del terremoto. Al doctor le queda tiempo para el cine: suyos son varios proyectos audiovisuales sobre la figura del médico.

¿Cómo compagina la medicina solidaria desde Allariz?

Dedicando tus vacaciones y solicitando días. Ahora tenemos un proyecto muy potente centrado en Nicaragua y otro en el Sáhara. La forma de afrontarlo es voluntariado puro y duro, prácticamente sin financiación. La administración ha sido cicatera en darnos permisos.

No es sencillo entonces ser médico solidario.

Facilidades nulas. Solo recuerdo el caso de Haití, el único permiso oficial que tuve en 30 años de cooperación. Quizás por la repercusión de aquello en los medios.

¿Cómo recuerda su trabajo en Haití?

Con mucha rabia. Fue una experiencia dura y maravillosa al mismo tiempo. Pudimos salvar vidas y proporcionar confort a la gente. Después tuve la oportunidad de volver con un proyecto del Padre Ángel (Mensajeros de la Paz) y ver cómo aquello seguía practicamente igual, a pesar de que se habían batido récords en recaudación de dinero. La corrupción en Haití es algo brutal y ha impedido que este país se desarrolle. Ha habido fallos de coordinación, corrupción en ONGs… Es un panorama desolador. Diez años después, los telediarios dicen que todo está igual.

El terremoto sigue allí.

No se aprovechó la oportunidad de visibilidad–lamentable, pero es así–de una situación como esta. Las mafias y el narcotráfico mandan.

¿Y en Nicaragua? ¿Cómo está la situación con sus proyectos?

Tenemos una unidad docente desde 2003 por la que han pasado prácticamente todos los médicos de familia del país a formarse. Fuimos los responsables de implementar la ecografía en Atención Primaria e incrementar el nivel científico del médico. Se creó una sociedad científica en Nicaragua que tuvo unos fondos espectaulares. Lo más lamentable es que desde hace dos años no podemos acudir allí, la dictadura sangrienta de Ortega mata a diario. Nuestra organización no es inmune a estos problemas, tenemos que estar en un perfil muy bajo.

¿Y el Sáhara?

Hemos creado un proyecto formativo. Nuestra filosofia está en enseñar a pescar. En los campos de refugiados montaremos el primer congreso sanitario en el mes de octubre.

Impulsó la primera escuela de ecografía nacional en Atención Primaria. ¿Por qué es importante esta técnica?

Tuve la fortuna de formarme en los años 80, que era algo atípico e inusual. Como técnica, no se creía en ella y correspondía a un nivel muy especializado. Me di cuenta muy rápido que su ámbito natural sería la Atención Primaria. Galicia es una de las comunidades que más ha avanzado en la ecografía, todas las comunidades han apostado por ello y es un logro de la SEMG como sociedad científica que arrancó con el grupo gallego. Ahora es una técnica imparable.

¿Cómo vive la crisis de la Atención Primaria desde el rural?

Muy mal. Lamentablemente, todos los días tengo pacientes que vienen proeocupadísimos por listas de espera inacabables que se manipulan y se alteran. Por mucho que lo quieran tapar, lo ven los pacientes y lo vemos los profesionales. Hay una carencia de renovación de profesionales y de presupuestos. En Ourense hay servicios colapsados. Te frustra. Nuestros padres han hecho un esfuerzo por conseguir una Seguridad Social y ha tenido un momento de auge; ahora mismo está noqueada y precisa de medidas importantes.

¿Los recortes han restado cercanía al médico rural? ¿En qué se diferencia hoy a uno de la ciudad?

En un pueblo en el que llevo 40 años me conoce todo el mundo y yo a ellos. La ventaja es que a veces entra alguien por la puerta, no te ha hecho ninguna consulta y tú sabes que está mal, lo notas. Me gusta el contacto directo con el paciente. Quizás hoy es más estándar la asistencia en el rural como en la ciudad, se parece más que antaño. Antes tenías la consulta y la vivienda, el médico rural era un punto de referencia en el pueblo. Ahora no es así, ha evolucionado.

¿Cómo llegó a Allariz?

Saqué un número francamente bueno en la oposición, podía accder a capitales de provincia pero no quería. Allariz estaba al lado de la ciudad y había un muy rudimentario sistema de guardias. Me pareció un sitio óptimo para ejercer la medicina rural, que era lo yo que quería.

¿Y está contento?

Sí, tenia mas vocación de hacer medicina interna, pero al final la vida te va llevando por donde quiere. 

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