Tres cosas que no sabes sobre los pulpos

Platos de pulpo
photo_camera Platos de pulpo

El cefalópodo por excelencia de la gastronomía ourensana es un animal muy curioso que tiene un comportamiento y una fisonomía únicas.

Estamos acostumbrados a las pulpeiras de los domingos, a sus ventosas y a su sabor inconfundible, como producto se ha convertido de un tiempo a esta parte en un manjar muy cotizado. Para los carballiñeses no tiene secretos, por lo menos en cuanto a su preparación, sin embargo, muchos no conocen todas sus peculiaridades.

Además de sus tentáculos, la ausencia de huesos, cambiar de color y expulsar tinta existen, por lo menos, otras tres cosas que hacen del pulpo un animal único e irrepetible. 

Tres corazones

Mientras que otros seres sólo necesitan un órgano que bombee la sangre a todo el cuerpo, los pulpos tienen tres y además para su supervivencia son imprescindibles todos ellos. Uno tiene el mismo funcionamiento que el de los seres humanos y los otros dos se encargan de llevar la sangre oxigenada a los bronquios para que realicen la respiración. ¿Quizás sean los animales más sentimentales?

Nueve cerebros

Por muchos es sabido que los pulpos son animales inteligentes. Pueden recordar por dónde han pasado, abrir tarros e incluso elegir que mejillón está más bueno (el televisivo caso del pulpo Paul). Bien es cierto que no es exacto que tengan ese número de órganos cerebrales, más bien es una masa nerviosa que se extiende por todo el cuerpo del animal.

(Pulpos demostrando su inteligencia, vídeo de Museos Científicos Coruñeses)

Dan la vida por sus hijos

  • Madres

A la hora de reproducirse los pulpos hembra acaban muriendo en la mayoría de los casos, esto se debe a que en el proceso de gestación no ingieren ningún alimento. Se encierran en cavidades de los fondos marinos y cuelgan los huevos en los techos de las rocas, cuando estos eclosionan muchas madres mueren de inanición. El tiempo sin comer varían de unas especies a otras; van desde los tres meses, hasta los cuatro años.

  • Padres

Los machos pulpos mueren en el momento de la cópula. Introducen uno de sus tentáculos en la cavidad del espécimen femenino, depositan su esperma y acto seguido fallecen.

En definitiva, ver uno en estado natural es un espectáculo majestuoso, con esa forma de moverse tan característica y su aspecto extravagante, los octopus vulgaris (nombre en latín que claramente hace referencia a sus ocho extremidades) se han convertido en animales de referencia para la cultura gallega llevando como apellido distinguido el gentilicio de la comunidad autónoma, a pesar de esto sigue siendo un desconocido para la mayoría de la sociedad.

Te puede interesar
Más en Sociedad