Los barquenses se quedarán provisionalmente sin la Festa do Botelo -que va por su 21ª edición- y, salvo si la crisis sanitaria del covid-19 da un giro de 180 grados, la cancelación pasará a definitiva. Lo anunció ayer la concejala de Cultura e Educación, Margarida Pizcueta Barreiro, después de informar a la Comisión informativa municipal de Cultura.
La Concejalía llevaba semanas trabajando en un programa alternativo al de otros años, más acorde con la situación sanitaria actual. Había elaborado la cartelería de unas jornadas gastronómicas a las que se apuntaron una decena de restaurantes. El plan consistía en incluir el cocido valdeorrés y el botelo en sus menús, que los aficionados a la buena mesa incluso podrían encargar para degustar en sus casas.
El programa abarcaba casi un mes, desde el 23 de enero hasta el 21 de febrero, para enlazar con el Entroido. Sin embargo, las últimas restricciones de la pandemia obligaron al departamento de Cultura a decidir su suspensión temporal. A los gastrónomos aún les queda la remota posibilidad de que la situación sanitaria se restablezca y que, a mediados de febrero, la Concejalía determine seguir adelante con las jornadas. No habrá más plazos. El embutido que caracteriza a O Barco, el botelo, es propio de invierno. "Facelo con calor non tería sentido e as industrias cárnicas tampouco garantizarían que hubiese botelos", comentó Margarida Pizcueta.
Con el capítulo gastronómico suspendido, también cayó la programación paralela: la proyección de una película con argumento basado en la gastronomía -en colaboración con el Cine Clube Groucho Marx- y el concierto comprometido con un grupo monfortino.
O Barco no solo corre el riesgo de perder definitivamente la Festa do Botelo de 2020; además se queda sin Entroido y sin la programación cinematográfica. El Concello probó a retomarla, pero no funcionó. La edila de Cultura explicó que el número de espectadores estuvo lejos del mínimo de 400 que se había fijado, situándose en torno al 10 % las personas que respondieron a la cita con el cine. También el teatro fue suspendido. Si bien en este caso, únicamente restaba una obra por representar sobre el escenario del Teatro Lauro Olmo.
Pese a las adversidades, la Concejalía inició la preparación de las Festas do Cristo, que deberían desarrollarse en septiembre. "En abril, o prego estará solucionado e prefiro desenvolvelo por se en setembro voltamos á normalidade", dijo Pizcueta Barreiro.
