Las crías de tiburón que llegan a las playas no son peligrosas

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photo_camera Un ejemplar varado en Patos que fue devuelto al mar
No hay conclusiones firmes, pero todo apunta al cambio climático como uno de los causantes

Numerosas playas gallegas vivieron este verano la visita de crías de tiburón y el varamiento de unos 40 o 50 ejemplares que provocaron el asombro de los bañistas. La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) recuerda que frente a la costa de Galicia viven muchas especies de tiburón. La mayoría están en aguas oceánicas, dentro de la plataforma, mientras que dentro de las rías hay pocas especies, de tamaño pequeño y que no representan ningún problema. La novedad es que desde hace unos años se está observando la presencia de juveniles de tintorera en las playas. “Vienen a alimentarse a aguas poco profundas. Al principio nos llamaba la atención, pero se convirtió en una situación normal en los últimos años”, señala Alfredo López, portavoz de la Coordinadora. A la pregunta de si hay que tener miedo, responde que “para nada”, puesto que son “juveniles, vienen recién nacidos a alimentarse y a medida que se van alimentando y van teniendo más fuerza se van a aguas más profundas”. Señala que son ejemplares que tienen dientes pero que “no van a atacar a nadie ni a nada que sea más grande que ellos”. La recomendación para las personas que se encuentren con un ejemplar varado o vivo en la orilla es que los devuelvan al mar cogiéndolos con una toalla. “Si tu coges a un gato por la cola es probable que te arañe aunque sea el animal más cariñoso. En este caso es lo mismo, es mejor cogerlos con una toalla para evitar sorpresas. En principio no son animales peligrosos ni mucho menos”, explica.


Hipótesis


Los expertos manejan varias hipótesis sobre la visita de los juveniles de tintorera y el cambio climático es una de ellas, pero aún no hay conclusiones firmes.

 La red de varamientos de Galicia está registrando todos los casos desde capturas, observación o varamientos para contribuir al estudio de este fenómeno.

Preguntado por lo sucedido a mediados de julio en la playa Frouxeira de Valdoviño, que se cerró unas horas al baño por la presencia de más de  una docena de ejemplares juveniles en la zona de baño, señala que la medida es correcta si los socorristas creían que podía generar alarma en ese momento, pero que fue un error la identificación de la especie. “Dijeron que era marrajo, una especie más agresiva y más grande, pero por las fotos ya se sabía que eran tintoreras. Es como si hablas de un pitbull cuando se trata de un pequinés. Los dos son perros pero no es lo mismo. Hay que identificar bien las especies. En los últimos años no se registró el varamiento de ningún marrajo en nuestras costas. También es verdad que la gente confunde mucho, por ejemplo ven una aleta y creen que es un tiburón cuando son arroaces (delfines)”, concluyeron.

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