Opinión

Cuando todo iba bien

Todo iba bien para el COB, Balaban (2,11 m.) "abusaba" de Stephen Maxwell (escasos 2 metros); Oscar Alvarado manejaba el partido y hasta Edu Martínez había recobrado el tino en sus lanzamientos, hasta que desde el banco del Almansa, se solicitó tiempo muerto. Pausa que Kyle Rowley aprovechó para aleccionar a sus compañeros al mismo tiempo que el técnico Ruben Perelló "recordaba", no con muy buenas palabras, peores gestos,  dirigiéndose a sus jugadores, a toda la divinidad posible. Desconocemos que actuación fue más definitiva pero lo cierto es que todo se revolucionó. "Desfeita" en la que calló el COB. Sin continuidad y a toda velocidad, el partido se fue por unos derroteros desagradables para la grada y nefastos para el COB. Hasta la cuestionable actuación arbitral dejó ser objeto de ira.

Por otra parte está la sensación de déjá vu que nos deja el debut Yankuba Sima. Un ejercicio retrospectivo, 25 años atrás, ¿nostalgia?, cuando Darrell Armstrong, quien con solo 1,83 de altura era capaz de jugarse un partido con un mate. "La gente pide espectáculo", nos decía, o su "colega" Chandler Thompson, no mucha más altura (1,91), con un modo de entender y representar ese baloncesto más "underground" que funcionó como un espejo para el baloncesto ACB.  

A partir de ahora Thomas Tshikay ya no volará solo. Capaz de intimidar en defensa en cuanto al ataque lo suyo es estar ahí, ocupando ese espacio donde el balón siempre acaba llegando.

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