La Xunta ya tiene activada la cuenta atrás para poner a disposición de los conductores el enlace entre la A-52 y la OU-525, un vial que estará en servicio antes de verano y que supondrá un antes y un después para la movilidad desde la autovía de As Rías Baixas al Polígono de San Cibrao, el pulmón económico e industrial de la provincia.
La traza de esta carretera de 4,5 kilómetros y que supondrá una inversión de 15,8 millones (adjudicada a la empresa Copasa) ya es perfectamente visible desde las alturas, conectando desde el enlace de Gargantós de la A-52, punto de encuentro también para toda la comarca de Celanova a través de la AG-31, y la antigua nacional N-525, a escasa distancia del Polígono.
El nuevo vial permitirá acortar un 66% la duración del trayecto. La carretera proyectada será de dos carriles, pero contará un tercero en prácticamente la mitad del recorrido, para facilitar los adelantamientos. Entre las estructuras más destacadas está el viaducto de San Benito, ya totalmente levantado.