Teléfono Rojo

Darío Villanueva: "Sí veo VAR en el diccionario"

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photo_camera Darío Villanueva.

"Sigo el Mundial, aunque por supuesto no cambio mi agenda por eso. El miércoles me encontraba en Dublín y cuando estaba en el aeropuerto para embarcar vi el final del Alemania contra Corea del Sur", explica el director de la RAE

Mientras Inglaterra y Bélgica cambalacheaban en Kaliningrado con el paradójico interés de evitar el primer puesto del grupo H y, sobre el papel, el camino más complicado hacia la final del Mundial, en la Real Academia Española se celebraba como cada jueves desde 1713 el Pleno que "limpia, fija y da esplendor' a la lengua.

No sería descabellado pensar que los académicos podrían recortar tiempo a la sesión para ver un partido entre candidatos al título, como hace el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices, durante las jornadas de Champions, pero el director de la casa de las palabras se muestra inflexible. "Las sesiones del Pleno son sagradas. El día de la semana, la hora y la duración están estipulados desde los primeros estatutos de la Academia", corrige Darío Villanueva, un vilalbés de una descomunal erudición literaria y gran aficionado al fútbol, aunque sin llegar a la categoría de futbolero. 

Como en la Academia no ha entrado una televisión, ni siquiera en la que llaman sala de pastas que cumple la función de cafetería, y el último Pleno antes de las vacaciones principia a las siete y media de la tarde y tiene invariablemente una hora de duración, los académicos al menos se habrán perdido el primer tiempo.La carrera para ver la segunda parte en una cafetería tampoco hubiese merecido el esfuerzo porque se trató de un partido sin gramática. "Sigo el Mundial, aunque por supuesto no cambio mi agenda por eso. El miércoles me encontraba en Dublín y cuando estaba en el aeropuerto para embarcar vi el final del Alemania contra Corea del Sur. Un partido de España me pilló en Texas y me enteré por Univisión cuando ya había terminado. Si estoy relajado y libre, sí aprovecho para ver el Mundial". 

Darío Villanueva atiende la llamada del teléfono rojo a las nueve de la mañana gracias a un rendija en una agenda tan apretada como el calendario de la primera fase de un Mundial. Quizá la hora no sea las más adecuada para charlar sobre fútbol, pero el chófer de anécdotas que ya ha perdido la esperanza de ser de Putin durante un torneo que mantiene al planeta pendiente, lleva desde el partido inaugural con la duda de si primero fue la palabra o la pelota. "Según el Génesis lo primero fue la palabra. Dijo Yahvé..." Interrumpir al director de la RAE es de osadía mundial, sobre todo cuando sabes que él va a leer el texto, pero los penaltis sólo los fallan los que se atreven a tirarlos. ¿Y Yahvé no podría haber propinado una patada a una piedra a la manera de una pelota antes de ordenar que se hiciese la luz, el día... para sacudirse la tensión ante una obra en blanco? "Puede ser, pero no consta. Lo otro sí nos consta a través del libro fundacional de la religión y de la tradición judeocristiana". 


GOL


Vayamos con gol, la palabra más universal. "Quizá es una de las que se repita más y se entiende mejor en todas partes. Es una palabra que procede del inglés pero los hispanohablantes la sentimos como nuestra. Está totalmente adaptada a nuestra fonética e incluso a nuestra propia ortografía". Aunque el vocablo de este Mundial es VAR (Video Assistant Referee) y puede que pronto haya que hacerle un sitio en el diccionario. "Sin duda. Sí veo VAR en el diccionario. Es un acrónimo, una palabra resultante de unas siglas. Por otra parte, desde el punto de vista de la prosodia y la fonética del castellano no tiene ningún problema. Todo lo que tiene que ver con el fútbol enseguida se difunde por todo el mundo". Lástima que la página se termine porque la charla daría para unas cuantas resmas. Apuesta por España, pero avisa de que esta vez Inglaterra parece que va en serio. Perdió contra Bélgica y ganó la ruta fácil, la misma por la que caminará la selección.

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