La Policía identificó a tres personas, mientras los servicios mínimos trabajaron por la mañana para minimizar el impacto

Denuncias por sabotear los camiones en el primer día de huelga de limpieza

La huelga dejó contenedores llenos y por el suelo.
Los contenedores a rebosar en numerosos puntos de la ciudad de Ouresne eran ayer la señal inequívoca de que el servicio de limpieza había comenzado la huelga indefinida, convocada en protesta por un despido, el de una auxiliar administrativa, por parte de la empresa concesionaria, Ecourense. Un paro que motivó que la basura no se recogiera de noche y que durante los turnos de mañana y tarde sólo trabajaran los servicios mínimos, formados por 31 operarios -nueve recogiendo la basura-, aunque será en los próximos días cuando se intensifiquen los efectos.
Los datos fueron desiguales según las partes consultadas. Mientras que los sindicatos hablan de un 100% de seguimiento -al margen de los servicios mínimos, que consideran 'abusivos' y prevén recurrir en el juzgado-, el gerente de Ecourense, Juan Pérez, apuntaba que en el turno de noche habían ido a trabajar siete de los 25 trabajadores citados -33 empleados temporales de la empresa ya habían acordado en asamblea que no iban a secundar el paro-.

Aunque la huelga estaba convocada para la medianoche -el turno de noche comenzaba a las 11-, alrededor de media hora antes se produjeron los primeros incidentes en la nave de Ecourense, en la N-120, en O Pino. Un piquete sindical accedió al interior de las instalaciones y el gerente de la empresa, Juan Pérez, optó por llamar a la Policía. Ya con los agentes en el lugar, tres personas -dos hombres y una mujer- fueron trasladadas a Comisaría para ser identificados por, presuntamente, romper la luna de un camión con un extintor.

Tras estos primeros momentos de tensión, el piquete -también con trabajadores- se quedó a las puertas, reclamando tanto la readmisión de la trabajadora despedida como 'a dimisión do xerente como responsable de toda esta situación', explicaba ayer el responsable de la CIG, Etelvino Blanco. Mientras, en el interior, el gerente comprobaba otros daños que, en la mañana de ayer, acudió a denunciar a Comisaría. Según Pérez, 'en una primera revisión vimos que a siete camiones se les había abierto el depósito de combustible y vaciado en unos sal, en otros detergente y en otros el contenido de extintores. Ya de día, vimos que había otros dos camiones dañados'. Estos desperfectos ocasionaron que a las seis de la mañana (hora en el que comenzaba el turno de mañana) sólo estuviera operativo uno de los tres camiones de recogida de basura establecidos en los servicios mínimos, saliendo los otros dos a las ocho de la mañana.

En la denuncia del gerente, a quien Blanco acusa de 'actitude claramente provocativa', se incluye también daños en la cerradura de la sede de la empresa en la calle de A Saínza.

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