Cartas al director

La desescalada política

La pandemia ha evidenciado la enormes fisuras que existen entre la ciudadanía y unos políticos que dicen gobernarnos sin importarles nada más que sus sillones y sus intereses.

El coronavirus ha descubierto que estamos siendo gobernados por unos incompetentes y por una oposición que tampoco presenta unas credenciales dignas de ser tomadas en consideración por el tono y por la forma en que se manifiestan. Las descalificaciones y los agravios en sede parlamentaria, de unos y de otros, son una auténtica vergüenza que han sido ampliamente difundidas y que no merecen más atención.

El problema, el verdadero problema, es que tenemos una clase política de muy bajo nivel, que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias en un momento excepcional y que no vaticina mejores augurios. 

Creo que la sociedad debería exigir una prórroga de la desescalada. Una fase 5 en la que el Gobierno y el Parlamento en pleno deberían dimitir. Y una fase 6 en la que entraríamos en una “nueva normalidad”, con nuevos políticos a los que habrá que desear mejor suerte por el bien de todos.