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Diez "tips" para bajar el consumo de sal

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photo_camera Condimentar con hierbas aromáticas y especias ayuda a reducir la sal.

Varias medidas alimentarias para reducir el sodio y controlar la presión arterial 

Aunque la estrategia para reducir el riesgo de hipertensión se enfoca en un plan de alimentación generoso en verduras y limitado en grasas y carnes, conviene mantener una pauta correcta de restricción de sodio. 

La sal hace que nuestro organismo retenga agua. Si se consume demasiada, el exceso de agua almacenada en el cuerpo aumenta la presión arterial. Recortar la cantidad de sal en la alimentación diaria es una buena forma de prevenir y controlar los niveles de tensión.  

Algunos de las pautas más efectivas para reducir la sal y otras formas de sodio a niveles menores a 2.400 miligramos de sodio al día, (que equivale a 1 cucharadita de sal) son:

  1. Seleccionar con preferencia vegetales frescos o congelados en lugar de vegetales enlatados o envasados. Estas técnicas de conservación añaden con frecuencia aditivos que incrementan los valores de sodio en el alimento.   
  2. Desplazar del plan alimentario las carnes envasadas, ahumadas o en conserva, por carnes y pescado fresco o congelado. 
  3. Aderezar con un ligero gusto “picante-ácido”, empleando hierbas, especias, vino, limón, lima o vinagre.
  4. Sustituir el tradicional salero por un mix de hierbas. Sazonar con especias y hierbas aromáticas ayuda a recortar de forma paulatina la adición de sal a los recetas.
  5. Utilizar productos de sodio reducido, como por ejemplo, cremas, verduras, galletas o cereales para el desayuno sin sal añadida.
  6. Leer y verificar en la etiqueta nutricional, la cantidad de sal que tiene un alimento.  Esto es especialmente importante en la selección de agua envasada, sopas, aderezos y comidas listas para servir. 
  7. Decidir la compra de pan y productos de panadería, en base a un mayor contenido en fibra y a un menor aporte de grasa y sal.
  8. Enjuagar con agua los alimentos envasados o enlatados (espárragos, atún, garbanzos, maíz, guisantes, germinados, etc.) para reducir la cantidad de sal.
  9. Limitar quesos procesados, aperitivos y bebidas carbonatadas. 
  10. Emplear sustitutos de la sal común basados en el cloruro de potasio que aporta un gusto “salado” sin sodio a las preparaciones. Aunque este condimento puede resultar útil para algunas personas, conviene preguntar a su nutricionista antes de probarlo..

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