Reportaje

El otro dolor del parto

Edward Kasmi y Palmira Alves, de Oímbra, frente al edificio Materno Infantil del CHUO (ÓSCAR PINAL).
photo_camera Edward Kasmi y Palmira Alves, de Oímbra, frente al edificio Materno Infantil del CHUO (ÓSCAR PINAL).
La unidad de Neonatos del CHUO atiende a bebés de toda la provincia. Las familias que residen en comarcas como Verín o Valdeorras deben elegir entre costearse largas estancias de hotel y pasar a diario horas en la carretera para poder verlos. 

Palmira Alves reside en Oímbra, a 73 kilómetros del CHUO. Su hija, nacida hace 54 días en el hospital ourensano, lleva ingresada desde entonces al presentar una cardiopatía. Tras conocer esta noticia, sus progenitores vivieron momentos de incertidumbre y preocupación: "Nos dijeron que nuestra niña tenía que quedar ingresada y no sabíamos qué hacer. Se pasa muy mal psicológicamente. Si no vas a verla todos los días, te sientes como si la abandonaras. Aún no sabemos por cuánto tiempo será, los médicos están analizando su evolución", explica Alves.

Ella y su pareja, Edward Kasmi, están muy agradecidos con Cáritas, que les ha proporcionado una habitación mientras su hija no recibe el alta: " No sé qué haríamos si no fuera por esta ayuda, al no contar con medios económicos. Además, me llaman a menudo para saber cómo estoy", añade Alves. Podrían estar atravesando una situación muy difícil. La madre recuerda que "después de pasar por cesárea, casi no era capaz de caminar, mucho menos hacer un desplazamiento diario de más de 70 kilómetros". La pareja pasa ahora la mayor parte de su tiempo en Ourense, con alguna visita a Oímbra para visitar a su otro hijo, de 13 años. 

Una solución

Luis Carmona, trabajador social del área Materno Infantil del CHUO, fue finalista en los últimos premios de Humanización con su unidad para madres lactantes, pensada para quienes viven en los lugares más alejados de la provincia, a distancias superiores a los 50 kilómetros. Además, algunos padres cuentan con dificultades económicas y son cada vez más comunes modelos de familia como el monoparental. Este proyecto cuenta con el apoyo de los servicios de Pediatría, Ginecología y Humanización del CHUO, así como de su gerencia, aunque no será posible llevarlo a cabo a corto plazo debido a la pandemia. No obstante, hasta el momento solo se han inaugurado media docena de unidades similares en todo el territorio nacional, ninguna de ellas en Galicia.OURENSE (SALA MATERNIDADE CHUO). 13/01/2021. OURENSE. Luís Carmona, trabajador del CHUO, presenta un proyecto de colaboración entre Cáritas y el CHUO para poder dar una alternativa habitacional a los padres y madres de bebés lactantes ingresados en el CHUO, que no pueden costearse alquilar un piso en la ciudad para poder estar cerca de sus bebés. FOTO: ÓSCAR PINALLuis Carmona

Carmona recalca que "en los hospitales comarcales no tienen unidades de neonatos, así que papás y mamás se ven obligados a desplazarse al CHUO. Llegar desde O Barco a Ourense lleva más de una hora (si vives en los pueblos de los alrededores, aún más), y muchos padres no pueden costearse una habitación de hotel. Esta es una reivindicación de justicia social". Carmona quiere "ayudar a algo tan maravilloso como que un niño llegue a este mundo". 

Palmira agradece la habitación proporcionada por Cáritas: "Sin ellos, no sé qué habríamos hecho"

Ourense es la segunda provincia de la UE con menos nacimientos. En plena crisis demográfica, con recursos como éste "evitamos que la maternidad sea una experiencia ingrata y te digan que no quieren tener otro hijo". Destaca el trabajador social como "con muy poco que podamos aportar ayudamos mucho a estas familias. A una mamá que se desplaza desde tan lejos, el hotel y manutención necesarias le suponen 1.500 euros mensuales". Carmona recuerda la existencia de patologías "que obligan a los niños a pertenecer ingresados durante meses: una cardiopatía, un distrés respiratorio... En ocasiones, los prematuros extremos precisan estancias hospitalarias de varios meses, mientras no alcanzan el peso necesario. Y hay niños que necesitan un soporte respiratorio al nacer". 

A lo largo de 2020, Cáritas ayudó a media docena de familias como la de Palmira y Edward. Desde la ONG, Diego Gómez celebra su colaboración con Carmona para "buscar una salida que beneficie a quienes tienen que desplazarse desde zonas como Barco o A Rúa si quieren ver a sus bebés. Les damos cabida dentro de nuestro proyecto dedicado a personas sin hogar, cubriendo gastos y poniéndoles en contacto con educadores sociales".

Carmona defiende la necesidad de facilitar el contacto piel con piel entre madre e hijo, lo cual reportaría beneficios inmediatos y a largo plazo. Además, espera que la futura unidad sirva para reducir el estrés de las madres y también de los niños, acelerando su recuperación; promover la duración de la lactancia materna y proteger al bebé, con esta unión temprana, de posibles bacterias extrañas. 

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