Para uno que acabe de llegar a Ourense, el nombre de O Barco de Valdeorras remite a imágenes fantásticas, como un yate navegando entre montañas, o una carabela de tres mástiles varada sobre los robles. ¿Cómo es posible que en la única de las cuatro provincias gallegas que no tiene costa haya un concello con un nombre tan marítimo? Indagando un poco, resulta que la respuesta tiene miga.
Los dos orígenes del barco
O Barco de Valdeorras es un nombre compuesto, así que vamos a ver de dónde viene cada una de sus dos mitades. En el caso de la primera, ocurre que nadie lo sabe a ciencia cierta, ya que hay dos teorías principales sin nada que ver entre sí. La primera nos lleva miles de años atrás en el tiempo, a la época céltica, previa a la ocupación romana de Galicia.
Los habitantes de la zona en aquel tiempo, por tanto, no hablaban latín, y para ellos “barca” no significaba “embarcación”. El profesor Manuel Ferreiro nos habla de este fenómeno en su Gramática Histórica Gallega: “a toponimia constitúe un terreo esvaradizo, onde as apariencias poden ser enganosas, xa que elementos prelatinos xeran formas homónimas con substantivos comúns de orixe latina”, apunta.
Ferreiro pone como ejemplo, a continuación, la partícula “barg” -o “barc”-, que en la lengua de esos pueblos significaba “altura, concavidad o depresión”. Por tanto, según esta teoría el nombre de O Barco viene de la configuración de su terreno, entre el Sil y las montañas. ¿Misterio resuelto? No exactamente.
La segunda explicación -muy arraigada en el imaginario popular, por otro lado- nos habla de una barca instalada en época romana en la orilla del río Sil, a la altura de Viloira. Esta embarcación había de servir a los habitantes para cruzar la vía acuática, y fue en torno a la caseta de los barqueros -cuentan- donde se desarrolló la población actual.
Esta barca -que quedaría sin uso en 1902, cuando se construyó el puente de San Fernando- sería lo que, según esta leyenda, habría dado nombre al concello. Aún en caso de que esta teoría sobre el nombre no fuera cierta, el yacimiento de Porto da Barca sigue siendo un lugar de gran interés arqueológico, como demuestra la aprobación de un nuevo estudio en enero de este año.
La tierra de los Gigurri
Tenemos, pues, dos posibles explicaciones para el nombre de O Barco… pero ¿y el “de Valdeorras”? Lo cierto es que el nombre de la comarca tiene también una historia interesante detrás, una que nos lleva -de nuevo- a más de 2.000 años atrás en el tiempo.
La primera parte es sencilla -Valde, val-de, “valle de”-, pero para la segunda nos hemos de ir hasta los escritos de Plinio y Ptolomeo. Estos autores clásicos hablan en sus textos de los “gigurros”, un pueblo celta perteneciente al grupo de los Astures -sí, los que dan nombre a Asturias- que vivió en la comarca.
Con el tiempo, el término “gigurros” perdió sus dos ges -como pasó también en la forma latina regale, que pasó a “real”-, y queó en Iorres. El Val de Iorres se convirtió, con el paso de los años, en Valdeorras… aunque nos queda un último misterio: ¿quiénes eran los gigurros, y qué significa su nombre?
Los autores no se ponen de acuerdo en esto último: algunos dicen que el nombre significa “los rubios”; otros, “los gansos” -en referencia a un posible animal totémico-, y otros, “los ribereños”. Algún autor incluso dice que podría ser “los que gritan”, pero todas estas explicaciones son provisionales y no están nada claras.
Sobre su vida, sabemos que los gigurros adoraban al dios Cosso, que su capital estaba cerca de A Rúa -y que se llamaba Forum Gigurrorum-, y que vivían en castros hasta la llegada de los romanos. Hay una cosa, eso sí, que sabemos que no hacían: construir barcos terrestres que atravesasen las montañas como olas en el mar.
