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La economía no acaba de centrar el debate

Puerto
photo_camera Terminal de contenedores del puerto de Vigo.

Galicia es un país donde se habla más de la AP-9 que de gran cantidad de temas fundamentales para su futuro. El mundo ha cambiado con China pero aquí permanecen los debates del pasado. Ni siquiera del presente.

Un contenedor en cualquier puerto es más importante para la economía española que el AVE, pero los ministros nunca quieren hacerse la foto con el contenedor". La tesis es de Fernando González Laxe, catedrático de economía, y no es tanto una crítica al AVE, que bienvenido sea, como una advertencia a quienes gobiernan sin reparar en la importancia de la economía productiva, que ahora viaja en contenedores. Es tal vez también una sutil manera de criticar a quienes se fijan en el dedo que señala la Luna y no en la propia Luna.

El mundo de los contenedores no forma parte de la cultura del país: basta ver las modestas cifras que mueven los puertos de Galicia, especialmente el de A Coruña, que vive ausente de lo que pasa en el mundo. Simboliza una de las cosas absurdas de la economía gallega, cuyas empresas –incluso alguna muy grande– operan al margen de los tráficos marítimos y aéreos con terminales en Galicia. Pudiera parecer mentira pero no lo es, como revela un dato tan surrealista como poco conocido: empresas gallegas exportan desde el País Vasco pescado y bebidas.

Los gobernantes que, según el ex presidente Laxe, no reparan en lo que pasa realmente en sus puertos y aeropuertos es probable que ni sepan lo que sucede. Sus inquietudes suelen estar más centradas en colocar amigos en los consejos de las autoridades portuarias que en valorar su gestión. Dicho de otro modo: con los puertos y los aeropuertos pasa un poco lo mismo que sucedía antes con algunas cajas de ahorros, donde campaban a sus anchas los políticos prejubilados que doblegaban a los financieros. La diferencia está en que frente a las cajas actuaban los bancos privados, que cuando vivieron mal dadas se llevaron el botín, por cierto, mientras que frente a los puertos y los aeropuertos públicos no hay otros privados. Es decir, no hay competencia y la incompetencia se tolera. Realmente no sería necesaria la privatización de puertos y aeropuertos, si hubiera gestión pública, centrada en el país. Pero como dice Laxe los gobernantes nunca se hacen la foto con los pobres contenedores; en parte porque tampoco hay mucho que fotografiar.

Es evidente que el mundo va por otro sitio, de la mano de China. Ni siquiera Europa en su conjunto está entendiendo lo que está pasando y sus puertos se están quedando fuera de juego, mientras solo tres compañías se apoderan de la mayor parte de todos los tráficos mundiales; que se dice pronto.

Tras una década perdida para el país, pero sobre todo para muchos de sus jóvenes, la economía gallega recuperó su PIB pero no su empleo, porque ahora se produce más con menos gente. Y se produce más –y se exporta más– con gente peor pagada. Algunos creen que, tras esa recuperación, Galicia ya ha llegado a alguna parte, pero no es así.

Hay datos positivos de crecimiento en los últimos trimestres, sin duda, pero como alerta el Foro Económico de Galicia ya vuelve la desaceleración, cuando lo que sería necesario es seguir creciendo. La realidad indica que Galicia muestra desde 2008 un nivel de competitividad inferior a la media española, situándose en 2016 en el 93,4 %, un porcentaje inferior al estimado para los años 2008-2010. Al tiempo, Galicia se caracteriza por su elevado minifundismo empresarial. La educación, la competitividad, el minifundismo empresarial, los puertos, los aeropuertos, el turismo o la industria son asignaturas pendientes. Curiosamente, no centran el debate político.

@J_L_Gomez

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