El ejercicio físico al frío: ¿cómo reacciona el cuerpo?

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En la actualidad, debido al aumento de la temperatura de los lugares en los que pasamos gran parte del día, hemos perdido en gran medida el contacto con el frío

ACABAMOS de entrar en pleno invierno y muchos de nosotros podemos plantearnos esta pregunta, sobre todo aquellos que solemos realizar actividad física en el exterior. Por lo tanto, es conveniente conocer cómo reacciona nuestro organismo al estrés por el frío. 

¿Cómo reacciona nuestro organismo? En primer lugar, se produce una vasoconstricción periférica: una reducción del riego sanguíneo en los tejidos periféricos. Posteriormente es contrarrestada con una vasodilatación intermitente que implica un enrojecimiento transitorio de la piel. Además, la exposición al frío conlleva un aumento de la termogénesis. Nuestro organismo aumenta su capacidad para generar calor para mantener nuestra temperatura corporal, lo que implica un consumo extra de energía. 


Menos frío, más sobrepeso


En la actualidad, debido al aumento de la temperatura de los lugares en los que pasamos gran parte del día, hemos perdido en gran medida el contacto con el frío. En consecuencia, nuestro gasto calórico es menor. Un ahorro energético que no nos conviene, porque, sumado al sedentarismo y a una mala alimentación, contribuye a elevar los índices de sobrepeso y obesidad.

El frío puede ser peligroso en determinadas circunstancias, si es excesivo. Pero una exposición controlada aporta interesantes beneficios para nuestra salud. Provoca una elevación notable del metabolismo, favoreciendo la quema de grasa y mejorando la sensibilidad a la insulina. Mejora de nuestro estado de ánimo, aumentando los niveles de noradrenalina, dopamina y betaendorfinas y con ello eleva el estado de vigilia y la atención. En estudios realizados con animales, el frío tiene un papel neuroprotector y alarga la vida. Reduce la inflamación sistémica de bajo grado (factor que contribuye  en casi todas las enfermedades) y  eleva el número de células del sistema inmune.


¿Qué podemos hacer para aprovechar esto?


- No abrigarse en exceso en invierno. 

- Evitar mantener la calefacción por encima de los 19ºC.

- Buscar exposiciones puntuales al frío.

- Duchas de agua fría. Empezamos en nuestra ducha con 30º de agua templada y poco a poco ir rebajando la temperatura y aumentando el tiempo de exposición hasta los dos minutos.

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