Opinión

El aplauso

Provoca  vergüenza  ajena el video de Pedro Sánchez en el que recibe el aplauso  entusiasta de sus ministros cuando al regresar de Bruselas entra en la  sede del Consejo. Video grabado por alguien de Moncloa para su difusión. A toda costa querían presentar a Pedro Sánchez como el Gran Negociador de la UE, el Gran Líder de la UE, el Salvador de la Patria. 
Ha conseguido la ayuda que España necesitaba como el comer, eso es cierto, pero de ahí a presentarlo como  el gran protagonista del Consejo Europeo hay un largo trecho. Los medios extranjeros de renombre, por ejemplo, ni lo mencionan en sus crónicas. Consideraban que eran otros jefes de gobierno los que merecían atención. 

El aplauso se repitió ayer cuando hizo su entrada en el hemiciclo del Congreso. Lo dicho: provoca cierta vergüenza ajena tanta alharaca. Porque llegan las ayudas con una letra pequeña que nos va a hacer sufrir, pero sobre todo porque el éxito del Consejo Europeo ha sido de todos, y nadie imagina a Merkel o a Rutte, o a Frederiksen, jefe de gobierno de Dinamarca, recibiendo los aplausos de sus ministros. Se limitaron a cumplir  con su deber: defender los intereses de sus países y defender al mismo tiempo la supervivencia de la UE.  
"Spain is diferent", decía el eslogan de los sesenta. Los aplausos a un jefe de gobierno deben ser espontáneos; no son admisibles los inducidos, preparados y grabados para su difusión, para mayor honor y gloria del presidente de gobierno.

Un presidente de Gobierno que a las pocas horas del aplauso grabado recibía un revolcón cuando  el Congreso le tumbó su programa social. El escollo fue la falta de apoyo a la educación concertada. Se lo echó atrás la derecha, el centro y la izquierda, lo que significa que el proyecto de Celáa no gustaba a nadie. Sí se ha aprobado el programa sanitario,  algo absolutamente necesario ante lo que se avecina,  y también consiguió que se aprobara el acuerdo alcanzado en Bruselas  el pasado lunes.  El aplauso de Sánchez queda infravalorado cuando se advierte que  apenas se circunscribe más allá de los dos partidos que gobiernan en coalición.

El acuerdo del lunes permite que Sánchez pueda completar la legislatura si  Podemos le sigue apoyando; pero ni le garantiza que pueda aprobar sus primeros presupuestos,  ni le garantiza que recibirá millones de aplausos de españoles agradecidos cuando se empiecen a aplicar las condiciones que impone Bruselas.

A pesar de que lo de Bruselas ha ido bien porque se lo han trabajado a fondo gobernantes y sherpas, ya que toda la UE necesitaba que saliera bien, los españoles lo van a pasar regular cuando empiece a llegar el dinero europeo acompañado de las condiciones a las que obliga recibir esos miles de millones de euros. A ver si se mantienen los aplausos cuando al momento de las dádivas le suceda el momento de las exigencias.

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