Opinión

El folleto estéril

Hay polémicas tan estériles como la del folleto colgado hasta ayer en la web del Sergas en el que aparecía la marcha atrás en el apartado de métodos anticonceptivos con una eficacia del "73 al 96 por ciento", aunque al menos se alertaba de que no protege de contraer una enfermedad de transmisión sexual. El calentón en las redes sociales alcanzó durante el fin de semana una temperatura difícil de sofocar hasta que las fuerzas de la oposición en el Parlamento gallego tomaron cartas en el asunto para exigir su retirada y pedir explicaciones, como si la Xunta contemplase el 'coitus interruptus' como una manera sibilina de paliar el problema demográfico. 

A la orgía de despropósitos se sumó el director xeral de Asistencia Sanitaria del Sergas, Jorge Aboal, para argumentar que la presencia de la marcha atrás entre los métodos anticonceptivos no se trata de una recomendación, sino de una mera descripción realizada por expertos ginecológicos. Y cuando aparece un brete siempre está el Gobierno bipartito para cargar con la culpa. Que si el folleto es de 2008, que en el 2010 se revisó y no se cambió... El portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy,  tiró de sensatez para zanjar el asunto. Dio por válidas las exigencias de las fuerzas de la oposición y el folleto desapareció ayer de la página web del Sergas. Seguramente ha tenido más visitas en los dos últimos días que durante todos estos años. 

Cuando la polémica es una metedura de pata en un folleto, como le sucedió al Ayuntamiento de Zaragoza gobernado por Zaragoza en Común con una guía sobre el uso de las drogas en la que recomendaba que en caso de esnifar cocaína es mejor picarla a conciencia para no destrozarte la nariz, inconscientemente se está dando la razón al que está al mando porque o no hay mayores problemas o no se está a la altura para fiscalizar los que de verdad condenan a una sociedad.

 Aunque es plausible dejar las cosas claras a los contados chavales que se informan sobre métodos anticonceptivos y salud sexual en la página del Sergas, también sería recomendable invertir tiempo y esfuerzos en explicar si en los próximos años vamos a vivir del agua, del aire o del cuento.

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