Opinión

El gran JARP

Este artículo lo escribí en 2016 pero nunca lo publiqué. Creo que ahora es el momento.

El gran JARP es Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares. Algunos obispos todavía hoy, en esta España muerta como decía aquella canción de Cecilia, parecen seguir creyendo que tienen que ir bajo palio acompañando al generalísimo. 

Juan Antonio Reig Pla, el gran JARP, hizo unas declaraciones (recuerden que este artículo mío es de 2016), en las que decía que "el feminismo es un proceso de deconstrucción de la persona";  y "hay que quitarle el voto a las mujeres porque se están pasando de la raya". ¡Toma ya!

Los obispos, digámoslo claramente (recuerden que este artículo mío es de 2016), solo representan a sus creyentes, que por cierto cada vez son menos. Y no representan a la sociedad española actual formada gracias a Dios por negros, chinos, gays, lesbianas, tipos con rastas, piercings o tatuados, blanquitos delgaduchos como yo, tipos feos, familias homoparentales con niños adoptados, banqueros de corbata y críos que hacen parkour, skate o bailan rap. Todo eso es España hoy. Pero algunos obispos viven en un mundo irreal, construido a la medida de sus torpes y desinformados pensamientos.

JARP, que ni tiene hijos ni los va a tener, imparte doctrina acerca de quiénes, cómo y cuándo tienen que tener hijos y cómo educarlos. También se permite instruir a la sociedad y exigir desde su tribuna que las mujeres no deben votar. ¡Uau! 

Yo creo que JARP es un "trans" confundido que vive en el XVIII; claro que en el XVIII lo hubieran llevado a la hoguera sus propios correligionarios. El problema de ese "trans" despistado es que quiere cambiarse de sexo pero a uno inexistente, uno que se ha inventado él, el sexo-obispo, SXO.

A mí me caen bien los obispos. Me resultan simpáticos. Tal vez porque ninguno abusó de mí cuando era niño. Así que suelo besar sus anillos con una reverencia que es lo que les gusta a ellos. Y esto no tiene ningún doble sentido sexual, lo juro.

Pero que JARP se permita explicarnos que las mujeres no deben votar me parece de mal gusto. ¿El obispo carece de gusto? Los obispos son gente cultivada. La mayoría han estudiado. Claro que el veinte por ciento de los mandamientos de su religión tratan sobre sexo. ¡El veinte por ciento! Están obsesionados. Será porque no tienen sexo o porque tienen poco, o demasiado y a escondidas. ¿Quién sabe?

Lo último de JARP es "ser virgen otra vez". Unas detalladas instrucciones en la web del arzobispado de Alcalá de Henares que explica a las interesadas que han perdido la virginidad cómo recuperarla. ¡Sorpresa! Yo también quiero ser virgen otra vez, aunque no sé para qué. Mejor me quedo como estoy, bien follado.

Añadido: no comentaré las declaraciones del señor JARP del otro día sobre los anticonceptivos. Este artículo, ya lo dije, es del 2016. ¡Salud! y buenos alimentos, amigos y enemigos!

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