Opinión

El poder y la foto

Por muy grande que sea la empresa o por muy notable que sea el cargo, detrás hay personas con sus fortalezas y debilidades. Días después de que Alberto Núñez Feijóo comunicase entre hipidos su renuncia a la carrera para presidir el PP nacional, un economista que acostumbra a remover todas las salsas comentó que a pesar del respaldo de tres mayorías absolutas, al presidente de la Xunta le disgusta no poder hacerse una foto en ninguna de las principales ciudades de Galicia, salvo en Ourense, en donde a diez meses para las municipales el popular Jesús Vázquez sigue gobernando con los presupuestos prorrogados del PSOE. En cuanto al poder provincial sucede prácticamente lo mismo, con la diferencia de que Manuel Baltar preside la Deputación de Ourense con una sólida mayoría absoluta.

El comentario sobre el mando en plaza y la foto fue escuchado con sordina por los que participaban en la charla, pero ayer mismo el presidente Feijóo se dio un garbeo por el Bosque de Galicia en la Cidade da Cultura y en la imagen del acto no estaba Martiño Noriega, alcalde de Santigo. Román Rodríguez, conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria, y Agustín Hernández, líder del PP en la corporación compostelana, fueron los encargados de acompañar a Núñez Feijóo durante el paseo de algo más de media hora de duración. 

Aunque en política todo puede cambiar en un instante –como aprendió Mariano Rajoy cuando ya se disponía a ver el Mundial de Rusia en La Moncloa después de sacar adelante las cuentas con el apoyo del PNV y acabó viéndolo en Santa Pola al triunfar la moción de censura que presentó Pedro Sánchez tras la sentencia del caso Gürtel–, en Galicia no da la impresión de que pueda haber un gran revolcón electoral. Pocos dudan de que Feijóo tendría todos los boletos para reeditar la mayoría absoluta si decide volver a presentarse cuanto llegue el momento de las autonómicas, sobre todo por el empeño de la oposición en zancadillearse, pero tampoco está claro que el PP vaya a recuperar alguna de las grandes plazas en las próximas municipales. Sólo queda Feijóo como el santiño absoluto. Pablo Casado ya maniobra para que gobierne la lista más votada, aunque cuesta venderlo tras ganar Soraya Sáenz de Santamaría la votación de la militancia.  

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