Miguel González es el entrenador ayudante de un proyecto que tiene en este ourensano una de las claves en la sombra a los buenos resultados
"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo". Gonzalo García de Vitoria, recurriese o no a Arquímedes, parece haberlo encontrado en un Río Ourense Termal de autor, pero con protagonistas secundarios tan o igual de importantes. Miguel González ya estaba en el COB cuando su "jefe" llegó al banquillo y quizá siga cuando se marche, aunque a día de hoy se antoja un binomio ganador, intocable e incuestionable.
"La estabilidad que hay en el proyecto es solo mérito de la directiva y del presidente, de Camilo. El año pasado tuvimos una situación muy difícil y no se hicieron cambios drásticos y habituales en el deporte. Se creyó en el trabajo que se hacía", dice un técnico ayudante al que le consta que sería el relevo elegido en caso de que García de Vitoria abandonase el club: "Es algo ni me planteo. Estoy muy a gusto y deseando seguir igual".
Prefiere ni oír hablar del ascenso a la ACB desperdiciado en los despachos y sí tiene claro que repetir gesta es una posibilidad para la que están preparados: "Es todo a un partido y cualquier detalle será importante, por parte de los entrenadores, pero también de los jugadores que a lo mejor nadie espera. Todos trataremos de sorprender y más porque sea el que sea será un rival al que no le hemos ganado todavía esta temporada. Es otra oportunidad para nosotros y una motivación aún mayor. Serán partidos muy abiertos, como lo están siendo los play off".
Desde ayer solo piensa en la Final Four de Bilbao y lo hacen con un margen para trabajar de casi dos semanas, aunque él prefería menos tiempo: "Esto es como jugar finales, sabes contra quién juegas, pero no puedes dejar de preparar un segundo partido. Hay que plantearlos de forma distinta, pero no es nada nuevo. Habría preferido jugar ya este fin de semana porque una vez que estás en estas fases realmente lo que te interesa es competir, aunque nuestra plantilla es corta y nos vienen bien los descansos". Y no elucubra: "Nunca sabes si te vendría mejor o peor jugar antes o después. Es más una excusa para después del partido. Eso es una chorrada. Tienes que adaptarte a lo que hay y ya está. Lo único que es seguro es que hemos ganado 3-0 y que eso sí es algo bueno para nosotros".
"Muy buenas personas"
Ha vivido descensos, ascensos, situaciones dramáticas y rachas enormes de victorias. Muchas experiencias con distintas plantillas, aunque a la actual la define desde aspectos extradeportivos para explicar su éxito: "Es una plantilla formada por muy buenas personas. La clave es no solo la honradez si no que son muy buena gente. Son personas que lo dan todo en el día a día y que son ejemplos de compañerismo". Un equipo que aguanta la comparación con el del último ascenso: "Si analizas las posibilidades de uno y de otro quizá este equipo haya estado por encima de las expectativas, pero no se puede decir que es mejor que el otro, porque aquel equipo se acabó convirtiendo en mítico para la afición ourensana. No se puede desmerecer a ninguno. Los dos tienen mucho mérito".
Están a dos partidos de repetir gesta: "Tenemos claro que vamos a jugar una Final Four y que esa es una gran oportunidad para todos y sobre todo para el club". Y su análisis sirve como base inmejorable para entender los motivos de los resultados que está consiguiendo este tándem: "Nos centramos en el entrenamiento de mañana y en nada más. Cuando llegue la semifinal pensaremos en cómo intentar ganarla y si lo hacemos en afrontar la final. Si perdemos analizaremos los motivos para corregirlos y tener la oportunidad otro año. Si ganamos no estará nuestras manos que Ourense juegue donde se lo ha ganado".
