CRÓNICA

El reloj de alta gama se para en Ourense

Escaparate de una relojería ourensana, con piezas de marcas de gama alta (XESÚS FARIÑAS).
photo_camera Escaparate de una relojería ourensana, con piezas de marcas de gama alta (XESÚS FARIÑAS).
Marcas como Rolex, Omega o Cartier se han ido de las joyerías ourensanas. El cambio de estrategia de venta, la presencia de otros valores a la hora de comprar y que la ciudad mengua son algunos motivos de este tipo de migraciones.

Decía Coco Chanel que "todo lo que es moda pasa de moda, el estilo jamás." Pues algunas firmas exclusivas de relojes han creído que Ourense ya no está de moda, pero el estilo la ciudad lo podrá conservar, pero midiendo el tiempo con otros relojes. Ahora los compradores parecen inclinarse hacia "experiencias vitales como un viaje y cosas similares", en vez de dedicar una importante suma de dinero a un reloj de alta gama, como resume el joyero ourensano Pichi Sierra, de la tienda que lleva su apellido.

Pero esa es una razón, tal vez no sea la única. Rolex, Cartier u Omega lucían sus productos en las joyerías ourensanas pero se han ido. Otras como Hublot están a punto. Ahora la estrategia de estas marcas pasa por tener "menos puntos de venta, de más lujo y en tiendas más exclusivas", razona Antonio Rodríguez de la Torre, propietario de la Joyería Eligio Rodríguez, una de las enseñas del sector en Ourense. Pero matiza que la emigración de las marcas de gama alta también "se ha producido en Lugo, Ferrol, Burgos o Alicante, por citar algunas ciudades".

Hay un hecho evidente: las marcas ya no venden lo de tiempo atrás. "Aunque vendiésemos lo de hace veinte años, por poner una fecha, posiblemente la estrategia de las marcas tampoco variase", añade Rodríguez de la Torre.

Hubo momentos en los que Omega vendía en Ourense 170 relojes al año y Cartier otros 150, pero los números cayeron en picado con la crisis y ahora no remontan. Cuando el consumo se reactivó el modelo de venta ya no era el mismo. Es, con todo, un producto "que no se suele comprar por comercio electrónico", indica el dueño de Eligio Rodríguez, una tendencia que sigue modificando las transacciones habituales del comercio.

"Tener un buen reloj ya parece que no es una necesidad", explica Pichi Sierra, que también llama la atención de la aparición de dispositivos que compiten en el sector como pueden ser los relojes inteligentes, como en su día fueron los teléfonos inteligentes.


Poder de consumo


Hay también una realidad de mercado local, en este caso más relacionada con Ourense y sobre la que alerta este comerciante: "El poder adquisitivo ha bajado y la clase media sigue sufriendo mucho". Es decir, las prioridades han intercambiado posiciones. El turismo de compras, que suele adquirir productos de alta gama, es un sector con muy poca presencia en Ourense, de hecho los turistas que buscan artículos exclusivos suelen quedarse en el perímetro costero. Dice Eligio Rodríguez que las provincias como Ourense, que están fuera de ese ámbito, también están fuera de ese mercado.

Sin embargo, el tono que mantiene el sector es moderadamente positivo. O trata de hacerlo. "Yo vendo ilusión, trato de transmitirla cuando alguien quiere comprar algo, tratamos de explicar lo que compra, darle valor, porque si no tienes ilusión no compras", dice Antonio Rodríguez de la Torre. 

Cree que el comprador de un reloj de alta gama "hasta los 35 años no quiere o no puede por disponibilidad económica y a partir de los 65 años se pierde el interés por la adquisición de este tipo de artículos". 

Pichi Sierra también introduce otro análisis: "Para apreciar un vino tienes que haber educado el paladar. Antes habrás probado refrescos u otras bebidas, pero el vino es otra cosa". Por lo tanto el camino hacia los productos de gama alta no tiene por que ser corto. Ya lo decía Chanel, "la joyería no está hecha para hacerte lucir rica u ostentosa, sino para adornarte de una manera delicada y con clase".

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