Opinión

El toples en la piscina

En primera plana de La Región del pasado viernes, día 23, se nos informa de que usuarias de Oira se quejan de que no se les permitió bañarse en toples. Pero ¿dónde esta la molestia para la sociedad? Lo mismo se preguntan dos jóvenes ourensanas.

La historia comenzó metiéndose en el agua sin la parte de arriba del bikini. Cuando no llevaban ni cinco minutos en la piscina, se acercó el socorrista. Según la versión de una de las bañistas, les avisaron de que no podían bañarse con el pecho descubierto. Las bañistas dicen haber leído las normas antes de entrar en la piscina y no especificaban nada de eso, respondieron. Dicen que los socorristas les aseguraron que “era una norma no escrita” y que en el césped sí está permitido hacer toples. De ello se deduce que la piscina está reñida con las tetas y no en cambio el césped, o sea la hierba menuda y tupida que cubre el suelo.

Ante lo que precede, parece que buscar frescor en Oira es cosa de pobres para paliar las altas temperaturas, como si los senos de las bañistas de agua dulce fueran distintos a los de las playas de Samil, Sanxenxo o Riazor, por ejemplo. Y no olvidemos de que con ánimo de más sexis, muchas mujeres se someten a la “silicona” aun cuando hay dicho que dice: “A boa teta na conca da man queipa”. Liberarse de la incomodidad del sostén por un momento no hace daño, aun cuando no faltarán los que con el destape de los senos piensen que es una incitación a la lujuria. El que piensa así tiene un problema.

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