’El PSOE puede mejorar los resultados en Ourense y la tendencia apunta que será así’

Elena Espinosa: ’España no está dispuesta a firmar un acuerdo vinícola si incumple los objetivos mínimos’

La ministra de Agricultura, Elena Espinosa.
La reforma del mercado común del vino es una de las cuestiones en las que trabaja actualmente la ministra de Agricultura, la ourensana Elena Espinosa, que sostiene que España no ratificará el acuerdo si no cumple las demandas del sector.
Casi cuatro años al frente del ministerio, toca hacer balance.

Hemos tratado de dar respuesta a los problemas y crisis que atravesaron los sectores que representamos, pero también de que caminasen hacia una senda de competitividad, al igual que otros sectores. Es un camino que hay que reconocer que nunca está terminado, pero lo más difícil es empezar, ahora queda dar continuidad.

Galicia, y Ourense en concreto, sufre una fuerte reducción del sector primario. ¿Podrá frenarse?

Las medidas que estamos tomando contribuirán a ello. En otras comunidades hubo una especial dedicación al mundo agrario y ganadero, mientras en Galicia tenemos mucha producción, pero nos hemos quedado con la fase más débil, y hay que generar mayor valor añadido. No es lo mismo vender la castaña a Francia que transformarla aquí, ni vender la leche líquida que hacer yogures, alimentos prebióticos o alimentación infantil (que tiene un gran margen).

Los viticultores están preocupados por la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del vino. ¿Qué criterios defiende España?

La gente se pone nerviosa cuando queda una semana, pero llevamos más de un año negociando, si no sería imposible cerrar una reforma satisfactoria para España la próxima semana, si es que así sucede, porque puede ser que no. Con respecto a las denominaciones de origen, no veo ningún problema. En realidad, se están planteando temas que, de no llegar a aprobarse esta OCM, sí serían un problema, pero extraña que hasta hace una semana no dijesen nada.

¿Cuáles son?

Por ejemplo, reivindican que no se liberalicen las plantaciones, que dentro de una denominación no pueda haber más plantaciones que hoy. Si no se aprueba la OCM, esto sí ocurrirá en 2010, porque la actual ya liberaliza en toda Europa las plantaciones ese año. Por eso choca que hasta ahora nadie dijese nada y, cuando se dice que incluso se prorroga hasta 2013, aparece este debate. Otro tema: en la OCM actual las denominaciones no tenían reconocimiento (sólo reconoce vinos de una región determinada, como un concepto genérico), y por primera vez lo va a haber.

¿Habrá que arrancar vides?

En el primer documento había una propuesta de arranque de 400.000 hectáreas sin ningún tipo de condición, y eso nos preocupaba. Tras los cambios adoptados, en zonas con determinada pendiente no se puede arrancar por temas ambientales (como ocurre en la Ribeira Sacra) ni tampoco en fincas inferiores a 0,1 hectáreas (que son el 80% de las de Galicia). Por tanto, tranquilidad absoluta, porque todos los impactos ambientales y desaparición masiva está resuelta. Se queda como algo voluntario, pensando en gente mayor que quiere abandonar o cambiar a otras actividades.

¿Cómo está la negociación?

Es complicada. Somos 20 países productores, y nos estamos mirando a los ojos pero sin concretar nada. Es un equilibrio difícil. Lo veremos el lunes, en los documentos que saque la comisión, y luego empezarán otras negociaciones. Por el bien del sector, tenemos que llegar a un acuerdo. Pero España no está dispuesta a ello si no se cumplen los objetivos mínimos.

¿Cómo atajar el incremento de precios de productos agrarios que se está registrando?

La subida se debe mayoritariamente al alza del precio de los cereales. Grandes productores redujeron su producción por la sequía, mientras hay una mayor demanda por parte de Brasil, India, China..., porque estamos en un mercado global. También en otros países europeos están subiendo los precios, incluso mucho más que en España. Es un hecho generalizado y, a corto plazo, difícil de solucionar. Pero ya se crearon instrumentos para que las tensiones sean las menos posibles.

¿Existen abusos por parte de los intermediarios?

A veces la gente piensa que un producto agrícola o ganadero está inmediatamente en el supermercado. Pero hay muchos pasos intermedios, que hemos ido exigiendo como consumidores: trazabilidad, calidad, seguridad alimentaria... Eso los encarece. Sí hay casos en los que intuíamos que podía haber algún abuso, pero son temas muy concretos y se han puesto en los servicios de Defensa de la Com petencia que, si los comprueba, impondrá sanciones.

Otra consecuencia del encarecimiento del cereal es que sectores como el porcino o cunícula temen cierres. ¿Cómo evitarlos?

El sector cunícula ya venían con problemas antes del encarecimiento. Hemos llegado a un acuerdo con medidas concretas, como la promoción, I+D... En el porcino ocurre algo similar, aunque son temas más internos y las pequeñas explotaciones son las más perjudicidas. Ya hemos estado reunidos con la Asociación y esperan que se pueda llegar a una normalidad.

Los productores lácteos temen también si se suprimen las cuotas en 2015.

No podemos correr tanto. Actualmente, no hay una propuesta formal, sino un documen to de estudio en el que tendremos que trabajar mucho. Lo único que hay ahora es la posibilidad de un aumento de cuota del 2%, que no significa liberalización, sino tratar de reducir la tensión que hay en el mercado.

Periódicamente hay crisis de sanidad animal, la última fue la lengua azul. ¿Hay suficientes medidas para prevenirlas?

La lengua azul de momento no es procupante. Son dos casos, no un foco. Sí hay que reconocer un fallo por parte del país exportador, Alemania, y se ha pedido que cumplan estrictamente las medidas de movimiento de animales. Pero España cuenta con un servicio muy bueno de inspección y saneamiento animal, aunque a veces entran enfermedades de otros países, como el Norte de África, y no queda más remedio que gastar cantidades desorbitadas de dinero para combatirlas y ponernos en contacto con ellos para frenarlas.

La principal comarca agraria de Ourense, A Limia, está preocupada por su futuro si se aprueba la Zona de Especial Protección Agraria (ZEPA).

La ciudadanía exige más respeto medioambiental y bienestar animal, y es perfectamente compatible con una explotación agraria o ganadera. Precisamente, en muchas zonas donde hay aves es por la actividad agrícola. Estoy convencida de que la mesa de trabajo constituida con asociaciones agrarias y ecologistas llegará a un resultado positivo.

Galicia acaba de crear un Banco de Terras. ¿Contribuirá al desarrollo del rural?

Es un instrumento bueno en sí, con utilidad en zonas como Galicia o Asturias con minifundismo y sin tradición de arrendamiento de tierras, pero será en unos años cuando se vea si cumplió lo que se esperaba.

La oposición la acusa muchas veces de no haber conseguido más fondos europeos para el sector español.

Voy a recordar una frase que dijo Aznar cuando era presidente del Gobierno: que estaba muy orgulloso de que España no recibiese más fondos porque eso significaba que su nivel económico y de renta había aumentado. Por otra parte, la reforma de la mayoría de sectores se cierra en 2003, salvo temas excepcionales como el vino. Nosotros lo que hemos hecho es aplicar ese acuerdo. Y en 2003 desde luego no gobernaba el Partido Socialista ni en Galicia ni en España. Ahora, en la reforma del vino, la primera exigencia de España ha sido que el presupuesto no podía disminuir. Y cuando se confirmen los documentos que ya tenemos, veremos que se consolida el presupuesto que teníamos. Gobernando nosotros, no ha disminuido ni un euro, pero lo que tuvimos que aplicar de cuando gobernaba el PP sí lo hicimos con lo que ellos negociaron.

Encabezará las listas por Ourense para las elecciones generales de marzo. ¿Lograrán arrebatar un diputado al PP?

Primero debemos esperar a que se confirmen las listas oficialmente, aunque es cierto que me lo han ofrecido y el partido en Ourense quiere que yo encabece las listas. Aquí, como en todos los sitios, hay que hacer un gran trabajo, pero Ourense una provincia donde el PSOE efectivamente puede mejorar los resultados y la tendencia apunta que será así, en función de las últimas elecciones. Pero hay que trabajar, y explicar a la gente lo que se ha hecho y lo que se quiere hacer.

¿Le gustaría repetir como ministra si el PSOE logra de nuevo el Gobierno?

Yo siempre he dicho que lo que quiera mi partido, y eso ya va más allá. Creo que hay que trabajar día a día, no tanto pensar en lo que uno pueda ser mañana. Porque hay muchos servicios que se pueden hacer desde cualquier nivel y responsabilidad, sea un militante, un diputado o un ministro. Yo estaré siempre trabajando por los ideales socialistas, independientemente de que tenga puestos de responsabilidad o no.

¿Y dedicarse a la política gallega?

Nunca pienso lo que yo quiero. Si uno ve mi trayectoria, lo puede comprobar. Hay épocas en las que he estado en política y otras en otros trabajos, y así seguiré. Honestamente, no pienso tanto en lo que quiero sino en lo que los demás pueden ver que puedo ofrecer.

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