CON PRIMA DE RIESGO

Emprender: es el momento para hacerlo con la ayuda de agentes públicos regionales

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El ecosistema emprendedor como palanca de lanzamiento de nuevos nichos de mercado

Emprender siempre es un acto personal de asunción de riesgos, más o menos objetivos. Pero, si me lo permiten, empezaré por reivindicar la figura del empresario, del nuevo y del de toda la vida, que ha sufrido y aguantado los envites de la crisis y que tiene mucho mérito que siga al frente de su negocio y que incluso está volviendo a contratar empleados en el mercado local. 

La figura del empresario es el verdadero creador de riqueza y así debe ser aceptado por el conjunto de la sociedad. En este sentido debo dar la razón a la sociedad americana que venera a  los empresarios en su cultura. Eso sí, a los empresarios exitosos. 

Pero como en este país somos muy peculiares, al hecho de abrir una empresa le bautizamos de muchas maneras: emprendedor, autónomo o importamos vocablos como start up, pero somos incapaces de llamarlos/llamarnos, como lo que son, empresarios. 

Emprender no es un hecho a medias de crear una empresa, darme de alta y se acabó. Es un acto de mayor magnitud donde cada uno de nosotros al iniciar la actividad asumimos un compromiso con clientes, con la Hacienda española o la Seguridad Social y también con los proveedores que vayamos usando.

A la vez, debemos tener en cuenta, cual es nuestro papel en la sociedad, ya que al emitir un proyecto y su desarrollo provocamos una afección al medio que nos rodea, entendido medio como vecinos, ambiente, o como no, competencia.

 Existen muchas definiciones de emprendedor, la más habitual (en mi humilde opinión) es la que denomina como “emprendedor” a aquella persona que sabe descubrir, identificar “una oportunidad de negocios, en concreto, y entonces se dispondrá a organizar o conseguir los recursos necesarios para comenzarla y más luego llevarla a buen puerto”. 

Esa es la definición de mercado y que suele ser explicada en las aulas de formación. 

Pero la realidad es otra, y no todos los emprendedores detectan una necesidad de mercado sino que más bien detectan una necesidad  propia de aprovechar sus cualidades para crear su propio empleo y su propia oportunidad laboral.

O incluso se lanzan a emprender por una completa falta de perspectivas de futuro. Y este es el tema de debate, tener capacidades, es suficiente para emprender. Y sobre todo, tener una necesidad es una fuente de creación de empresas.

Las crisis son épocas de destrucción de empresas pero también de creación de nuevas empresas y nuevos negocios. 

MOTIVOS PARA EMPRENDER

En este sentido, la necesidad se convierte en un efecto importante a la hora de incentivar el espíritu emprendedor, así lo recoge el modelo del documento del estudio GEM, Global Entrepreneurship Monitor, realizado por la Universidad de Santiago de Compostela. 

Donde nos hablan de que el proceso de emprender en Galicia es motivo de necesidad en los años duros de la crisis, y que sufre una caída en el interés emprendedor a medida que la situación económica y laboral mejora a nivel regional.

Los datos hablan: los resultados del año 2016, último publicado, nos indica el informe GEM que se ha caracterizado por una caída del TEA, “que ha pasado de 5,51 a 3,99 puntos porcentuales”. 

El informe indica que la caída es por motivo de aquellos posibles emprendedores que consideran emprender por necesidad, una caída más acentuada en el caso de hombres que de mujeres.

Por cierto, el último informe indica una tendencia de interés, en 10 años de estudio por primera vez, con 4,09, “la ratio TEA femenina supera a la masculina y contribuye a amortiguar la caída de la tasa de emprendimiento”, comunica el informe  mencionado.

Una mujer emprendedora que muestra un perfil de edad de entre 25 y 44 años, estudios superiores y formación específica para hacerlo, y que además cuenta una capacidad de renta percibida de media de 30.000 euros y además forman parte de un hogar de entre 3 y 4 miembros, estos datos deben reforzar la exigencia de una clara política de conciliación en Galicia.

Como ven, innovar por necesidad, tiene un peso específico: la psicología, una psicología que determina nuestra previsión del futuro, y que cuando la crisis apremia el futuro no pasa por el mercado laboral por cuenta ajena. 

Emprender  también es un acto de “identificar y aprovechar” una oportunidad de negocio y la evolución de la economía lo permite. Es el momento de las startup, de empresas que pueden ser multiplicadores de ideas para generar negocio y sobre todo riqueza para un territorio. 

Un tejido destrozado por la crisis debe ser reforzado con la llegada de nuevos emprendedores & empresario con el apoyo institucional. 

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