ESCALADA

Enrique y Carmela, dos bohemios que descendieron por los ríos de Chile

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photo_camera Una imagen de la exposición de Enrique Soto y Carmela Conde, dentro de la Semana Audiovisual del Club Alpino Ourensán, con los dos kayaks que utilizaron en su viaje por los ríos de Chile.

Los dos aventureros mostraron en la Semana Audiovisual del Club Alpino Ourensán su aventura en las montañas chilenas

Si por casualidad has entrado en la Sala Emilia Pardo Bazán la semana pasada te darías cuenta la heroicidad de un grupo de personas que le encanta la escalada. Por su sangre corre la adrenalina y la aventura. Si no lo has hecho, espera a la siguiente Semana Audiovisual del Club Alpino Ourensán, no defrauda. Aquí un testigo. 
Enrique Soto y Carmela Conde recibían con abrazos, besos y una sonrisa a todos los asistentes a la segunda jornada de la Semana Audiovisual del Club Alpino Ourensán. Además de las muestras de cariño, había tiempo para comentar las experiencias nuevas. Y las pasadas. 

Los dos escaladores se sentaron con la idea de transportar a los asistentes a Chile. Lo consiguieron con creces. La conferencia que pretendía ser una sola película se convirtió en una trilogía donde las emociones salían de la pantalla hasta las mentes que se posaban en las butacas. 

Empezó hablando el maderero, contextualizando un poco el lugar por donde habían ido: "A nosa viaxe desenrólase dende Chepu, Parque Nacional de Chiloé. Atopamos un cartel que poñía 'Chepu, un tesoro que cuidar', e alá fomos a coidalo". 

Iniciaron su viaje por tierras chilenas en el mes de noviembre de 2012 por el Parque Nacional de Chile. Siguieron por las montañas del Paine con un trekking que duró cuatro jornadas para acabar su viaje descendiendo en kayak po el Río Serrano, Río Tindal y el Fiordo, Seo y Estero "Última Esperanza".

El agua

Carmela, la enfermera, toma la palabra: "A auga estaba moi fría e sobre todo cando tivemos que transportar no noso kayak as comidas e todos os útiles, porque o noso guía ía el só nun kayak de dous e non ía o mesmo ritmo ca nós". 

Hay anécdotas que no cogen en estas líneas. Sin embargo, Enrique y Carmela personifican la emoción en sus carnes. Son dos personas humildes y sobre todo aventureras que han abierto las puertas (y las montañas) del mundo a los más terrenales. No son los únicos. En el Club Alpino Ourensán están acostumbrados a tratar con héroes locales y el resto no nos damos cuenta. 

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