Estados Unidos preocupado por paramilitares chinos en frontera de Hong Kong

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photo_camera La Policía espera para realizar una de las cargas en Hong Kong.
Medios estadounidenses, como la cadena de televisión NBC, mostraron fotografías captadas por satélite en las que presuntamente aparecen miembros del grupo paramilitar de la Policía Armada del Pueblo chino en la frontera
El Gobierno de Estados Unidos se mostró hoy "profundamente preocupado" por la supuesta presencia de movimientos paramilitares chinos a lo largo de la frontera de Hong Kong, donde en los últimos días se han recrudecido las protestas con huelgas y la ocupación del aeropuerto local.

"Estados Unidos está profundamente preocupado por los informes sobre el movimiento de paramilitares chinos a lo largo de la frontera de Hong Kong", afirmó un portavoz del Departamento de Estado en un comunicado al que tuvo acceso Efe.

La diplomacia estadounidense condenó la violencia registrada estos días e instó "a todas las partes" a la moderación, aunque aseguró que apoya la libertad de expresión y de reunión pacífica en Hong Kong.

Medios estadounidenses, como la cadena de televisión NBC, mostraron hoy fotografías captadas por satélite en las que presuntamente aparecen miembros del grupo paramilitar de la Policía Armada del Pueblo chino cerca de Hong Kong, lo que ha sido considerado como una amenaza.

Ante ello, un portavoz del Departamento de Estado, que prefirió mantener el anonimato, instó a China "a buscar una solución que respete la libertad de los ciudadanos de Hong Kong y su alto grado de autonomía".

En este sentido, consideró que las manifestaciones en esa región administrativa especial "reflejan el sentimiento de los hongkoneses y sus preocupaciones amplias y legítimas sobre la erosión de su autonomía".

Estados Unidos advirtió de que el "continuo desgaste" de la autonomía de Hong Kong "pone en riesgo su estatus especial de larga duración en los asuntos internacionales".

Por otro lado, el Ejecutivo estadounidense rechazó "categóricamente" las acusaciones que apuntan a la implicación de fuerzas extranjeras "como la mano negra" detrás de las protestas.

Las protestas en Hong Kong comenzaron en marzo frente a la iniciativa de las autoridades locales de promulgar una ley de extradición que, según sus oponentes, podría servir para que disidentes políticos y sectores críticos con el régimen comunista fueran llevados a China para ser procesados sin garantías legales.

Las marchas movilizaron a cientos de miles de personas a partir de junio y han estado acompañadas de episodios de violencia, huelgas e intentos de los manifestantes de afectar el curso normal de la ciudad con paros y ocupaciones de edificios oficiales, comisarías, estaciones de metro o el aeropuerto.

Hong Kong es en la práctica independiente de China en cuestiones judiciales, al regir en las relaciones entre ambos territorios el principio de "un país, dos sistemas", por el que Pekín dio a la excolonia británica amplia autonomía en todas las competencias, excepto en asuntos exteriores y defensa. 

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