Opinión

Estómago

Palacio de la Moncloa.

Zona: Ala residencial

Hora: 08:12

Fecha: Un día cualquiera del mes de junio

Año: 202

El presidente gnomo se siente desbordado. Lo acosan los problemas. Juzgados, llamadas del IBEX, de Bruselas, de Iglesias. El aliento de la Guardia Civil y de Ana Patricia en su nuca...

Hoy, en el baño, al verse en el espejo le desasosegaron esas ojeras, esas canas.

-¿Has visto estas horribles canas, Begoña?

Dice, con cara de consternación, dirigiéndose a su mujer.

Mientras el matrimonio desayuna, dos pantallas en el comedor emiten sendos informativos matinales. Con ojos vidriosos y cansados posa su mirada en la que emite CNN: “... miles de americanos se manifiestan contra el racismo…”, indica en inglés una voz en off, acompañando imágenes de concentraciones multitudinarias y disturbios.

De pronto, una idea acampa en el desierto de su mente. Se mesa el cabello. Frunce el ceño. Ahora lo entiende todo. Ahora comprende tanta persecución, tanto asedio de la oposición, de la prensa no amiga, de las redes sociales, las cacerolas...

De pronto ve el porqué.

-Begoña, dile a Iván que venga, rápido -ordena, sin apartar su mirada del monitor-.

El eficaz y leal colaborador llega en minutos a la dependencia, casi jadeando.

-Aquí estoy presidente.

-Iván, ya sé lo que ocurre, ya sé por qué me acosan estos malnacidos... ¡Lo hacen porque soy negro! -remarca silabeando-. ¡Black Lives Matter! -grita, demudado, con sus ojos clavados en la pantalla-.

Mientras, una punzada en el estómago le lleva mecánicamente a introducir su mano entre los botones de su camisa. Con los dedos sobre su abdomen, e irguiéndose lentamente hasta quedar de pie, repite ensimismado con un hilillo de voz: “Lo hacen porque soy negro Iván, porque soy negro…”

El asesor busca, cómplice, la mirada de Begoña, pero ésta, distraídamente, recoge restos de pan en el mantel...

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