Fútbol

Estrategia, orden y puntería

El delantero del Barco Juanito Bazo trata de controlar el balón ante la presión del defensa del Arosa Ross (MARTIÑO PINAL).
photo_camera El delantero del Barco Juanito Bazo trata de controlar el balón ante la presión del defensa del Arosa Ross (MARTIÑO PINAL).
El Arosa empleó estas armas para cosechar tres puntos que lo aúpan como nuevo líder tras vencer a un Barco que acusó su falta de pegada

El Arosa se merendó por tercera semana consecutiva a un equipo ourensano. En esta caso la víctima fue el Barco, cayendo por 0-2 ante el conjunto de Rafa Sáez, que de esta manera pasa a liderar en solitario el grupo B.

Durante la primera parte los visitantes supieron regular bien los tiempos del partido ante un Barco impreciso y con escasa profundidad a pesar de los tibios intentos de Ivi Vales y Rodri Alonso.

De una acción de estrategia nació el 0-1. Mon, el especialista en las jugadas a balón parado colgó un saque de esquina que Campillo, ante la pasividad defensivak alcanzó a rematar y superar el desesperado intento de Dani Álvarez por querer salvar sobre la línea de gol la caída de su portería.

Este tanto reforzó aún más el planteamiento arousano, que jamás perdió el orden y hasta dispuso más tarde una nueva posibilidad para marcar. Julio Rey habilitó a su compañero Beda que cuando se aprestaba a rematar el cierre oportuno de Omar Navarro lo evitó forzando un nuevo córner.

El 4-4-2 del Arosa era muy claro para ganarle la partida en el medio campo al conjunto de Manolo Pérez y de esa manera supo darle mayor circulación al balón.

Al Barco lo traicionaron los nervios, al punto de cargar sus males  a las decisiones del árbitro lucense Pereira Ferreiro.

Los barquenses tenían y debían cambiar su esquema ordenando las ideas para poder ir en busca del empate. Adelantó sus líneas, arriesgo más, abrió las bandas y ganó en profundidad.

La entrada de Óscar Martín le otorgó frescura al ataque, lo que hizo que el peligro rondara las inmediaciones del área defendida por un seguro Manu Taboas.

Forzó infinidad de saques de esquinas, pero el balón se encaprichó en no querer entrar entre los tres palos. 

A pesar de sentirse ciertamente acorralado, el Arosa demostró una gran personalidad en los centrales y a la hora de pivotar y darle salida a las contras, Pedro García fue un auténtico estratega.

Pero es que el nuevo líder, contó con Julio Rey que, además de poner balones a las espaldas buscando el oportunismo de Beda, cuando había que fajarse, él puso su granito de arena.

El Barco continuó bregando, pero la claridad de sus delanteros volvió a ser nula. Veda quiso desequilibrar por la banda derecha, pero sus pases atrás no encontraron un buen rematador, o el sutil pase de tacón de Juanito Bazo, que sus compañeros no atinaron a comprender para poder empatar el encuentro.

Los minutos se fueron evaporando ante la desilusión de los aficionados que no daban crédito de lo que estaba ofreciendo su equipo.

Sutileza y sentencia

En el último cuarto de hora el partido definitivamente se rompió y esto de alguna forma benefició a los visitantes, que  encontraron la fórmula para sentenciarlo. 

El equipo de Rafa Sáez sacó el manual del contragolpe que el lateral Cotilla sumándose al ataque resolvió con una sutil vaselina que dejó a Oviedo sin poder de reacción y consumando el 0-2 definitivo.

En la fase de ascenso, el Barco le había ganado el pulso, pero unos meses más tarde se intercambiaron los roles y fue el Arosa que se llevó la victoria, tercera consecutiva en una liga atípica, pero no por eso menos interesante.

Los valdeorreses sumaron el segundo traspiés seguido, encajando dos nuevos goles y sabiendo que tendrá una semana dura de trabajo para encontrar los pro y los contras de un equipo que si pretende aspirar a cotas bien altas, lo primero será afinar la puntería. Los goles dan triunfos.

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