El proyecto busca desarrollar y comercializar "un enjambre de drones capaces de detectar pequeños restos de basura en playas y campos, con el objetivo de facilitar el trabajo de voluntarios"
Antonio López Rivera (Ourense, 1999) estudia Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Técnica de Delft (Países Bajos). El joven ourensano logró hace meses convertirse en uno de los 60 chavales que desde esta institución académica buscan convertirse en los primeros alumnos de Aeroespacial que consiguen superar la línea de Karman–límite entre la atmósfera terrestre y el espacio, a 100 kilómetros de altitud–, con un cohete diseñado por ellos mismos. En medio de esta vorágine de trabajo, estudios y adaptación a la pandemia, López Rivera, junto al resto del equipo, acaba de recibir 30.000 euros de financiación para un nuevo proyecto aeronáutico.
"Hace unos días presentamos la candidatura del del proyecto estudiantil de Robótica MAPP a la final de la primera edición del Young Plastic Pollution Challenge, obteniendo el tercer puesto. Tener 30.000 euros para el proyecto es un gran plus", comenta al otro lado del teléfono el joven. Son siete estudiantes de Delft los que, en colaboración con una startp up local, pretenden "el desarrollo y comercialización de un enjambre de drones capaces de detectar pequeños restos de basura en playas y campos, con el objetivo de facilitar el trabajo de voluntarios".
Antonio Lopez Rivera cursa el último año de Aeroespacial, es miembro de la sociedad de cohetería DARE, jefe del equipo de recuperación del cohete Stratos IV y participa en otros proyectos en control y propulsión de cohetes. En el futuro, la vista puesta en emprender en Ourense.
